Un cabo de la policía rosarina mató de un disparo en la nuca a un joven de 21 años que habría intentado asaltarlo desde una moto con un cómplice cuando el efectivo conversaba con una colega frente a una casa de la zona sur. El agente admitió haber tirado cuando, según dijo, él se identificó como policía y desde la moto le dispararon. El cuerpo de la víctima quedó tendido junto a una moto sin patente. Su acompañante huyó corriendo y anoche seguía prófugo.
Esa secuencia consta en las actuaciones policiales por el crimen que ocurrió cerca de las 15.30 de ayer en avenida del Rosario y Dorrego, en barrio Las Delicias. Allí recibió un balazo en la nuca Facundo Gustavo Enrique, de 21 años y domiciliado a unas diez cuadras, en La Granada.
Por el crimen fue acusado el cabo R. G., que trabaja en la Alcaidía. Quedó a disposición del juzgado de Instrucción Nº 5, aunque según fuentes de Jefatura no estaba detenido. Su pistola reglamentaria fue secuestrada para someterla a pericias. Otras dos empleadas policiales declararon como testigos.
Un alto vocero policial detalló que el cabo estaba frente a una casa de Dorrego al 5300 donde vive una compañera de trabajo que había ido a visitar. Ella estaba adentro mientras afuera R. G. conversaba con otra compañera que había estacionado en la vereda una moto Honda Titán sin patente. En ese momento, según su relato, se acercaron dos jóvenes en una Honda Fun negra sin dominio que exhibieron un arma de fuego e intentaron asaltarlos. No está claro si querían la moto o un celular de la mujer policía.
"Cuando el cabo se identificó como policía comenzó un intercambio de disparos. Primero tiraron los asaltantes y él repelió la agresión", dijo el vocero policial, aunque no se precisó cuántos disparos hubo. Enrique fue alcanzado por una bala en la nuca. El arma atribuida a los asaltantes no se incautó y la policía presume que se la llevó el prófugo.
"En la calle no había nadie y estaba ese hombre tirado en el piso, junto a una moto y un charco de sangre", dijo una vecina que primero pensó que había sido un accidente. Según otros vecinos, era una Honda Titán que "parecía nueva, estaba intacta y no tenía patente". La atribuyeron al muerto, aunque según la versión oficial era de la empleada policial.
Quince minutos después unos diez móviles policiales cortaron el tránsito en cuatro manzanas. Un excepcional número de uniformados se apostó con armas largas en la zona, que también se colmó de curiosos durante las tres horas que el cadáver estuvo tendido en el piso.
Otros vecinos dijeron haber escuchado una sola detonación. "Los policías le sacaron la remera y se le vieron un agujero en la nuca y otro en la espalda", describieron.
Un momento de tensión, contaron, se vivió cuando llegaron familiares de Enrique e increparon a los policías: "Asesinos, vigilantes, algún día te va a pasar lo mismo". Los insultos se sucedieron hasta que "los policías montaron las armas en alto y en el lugar no quedó nadie", describieron los vecinos.
Tres horas después, el cuerpo y la moto fueron retirados del lugar. Cerca de la zanja de la ochava noroeste quedó un charco de sangre con restos de masa encefálica, rodeado por los guantes de látex arrojados de los forenses, hasta que una vecina tapó los restos con un cartón.
Murió chico de 16 años baleado
Un chico de 16 años que había sido baleado en la cabeza el viernes en Gaboto y Felipe Moré falleció el sábado a la madrugada en el Hospital Clemente Alvarez. Según fuentes policiales, el viernes al mediodía Brian M. estaba con un amigo cuando llegaron dos personas que, luego de una breve discusión, le dispararon y se dieron a la fuga.