Tucumán.— A más de tres años de la desaparición de la docente Angela Beatriz
Argañaraz, las dos ex novicias que están detenidas e imputadas por el crimen rompieron su silencio
ante los jueces de la Sala V de la Cámara Penal que la juzgan en audiencias orales y públicas.
Nélida Fernández y Susana Acosta aseguraron que son "inocentes" y se mostraron consternadas por el
destino de su compañera.
Jamás hice mal. Nélida Fernández fue la primera en sentarse frente a los jueces.
Habló durante 75 minutos y dudó varias veces. Pero se justificó: "Tengo 51 años y el deterioro
dentro de la cárcel es terrible". "¿Cómo pueden ustedes creer que estas manos pueden haber hecho
algo tan aberrante... jamás mis manos hicieron mal. Estas manos siempre fueron dadoras de vida",
sostuvo. La mujer no aceptó preguntas y no dijo una sola palabra sobre lo que hizo el 31 de julio
de 2006, cuando Betty desapareció camino al colegio en el que trabajaba y en el cual asumiría como
directora.
Fernández advirtió que ella y su amiga Acosta decidieron presentarse
espontáneamente a la Justicia luego de que se allanara su departamento, cuando ya habían pasado 96
horas de la desaparición. Y para demostrar que había colaborado afirmó que ellas mismas accedieron
a exámenes físicos y psíquicos.
"En este tribunal se escucharon muchas mentiras. Me aterroriza el grado de
violencia que muestran Julio Navarro (quien vivía con Betty) y Liliana Argañaraz (la hermana de la
docente)", dijo. Y concluyó con una frase que generó murmullos: "Todos los días imploramos para que
aparezca Betty".
Reclamo. A su turno, Susana Acosta habló de Betty como una compañera altamente
competente. Y recordó que el 2 de agosto (a 48 horas de la desaparición) llamó a la casa de Julio
Navarro pero que no lo encontró. "Quería decirle que estábamos a su disposición. Que podía usar
nuestro auto para lo que quisiera", relató. Y le resultó sospechoso que tres horas después de ese
llamado, la policía allanara el departamento que compartía con la otra imputada.
"Quiero que la fiscalía me explique cómo, cuándo y dónde nos pusimos de acuerdo
Nélida Fernández, su hermano Luis (también acusado y preso) y yo para cometer el hecho aberrante
del que se nos acusa", preguntó. "Yo fui compañera 19 años de Betty. No éramos amigas, pero
teníamos mucha afinidad para trabajar (en el colegio Padre Roque Correa)", dijo. Al igual que
Fernández, Acosta sostuvo que son víctimas de un complot y relató que el 28 de julio, tres días
antes de la desaparición "Betty almorzó y cenó con nosotras como lo había hecho muchas veces.
Teníamos que preparar un sketch para el lunes (iban a despedir a la directora, cargo que ocuparía
Betty). A la noche nos descostillamos de risa. Tengo el mejor recuerdo de mi compañera", dijo, y
rompió en llanto. Sin embargo, como Fernández, no dijo ni una palabra de lo que hizo el día en que
Betty desapareció.