Vecinos del macrocentro, especialmente de barrio Martin, vienen manifestando su preocupación en los últimos días a partir de una serie de robos similares llevados bajo la modalidad conocida como “hombre araña” registrados en la zona delimitada por Alem, Pellegrini, Maipú y 9 de Julio. El último robo fue este martes a la madrugada en un edifico recientemente habilitado en Pellegrini al 800 donde fue asaltada una mujer de 50 años que se había mudado allí el fin de semana.
Hechos similares ocurrieron en Alem al 1600, donde la semana anterior un ladrón escaló hasta el tercer piso y sorprendió a una joven estudiante que dormía, y en Pellegrini al 300 donde el viernes 9 de septiembre un hombre asaltó a una joven con una discapacidad motriz luego de ingresar por el frente al segundo piso le robaron y huyeron por la puerta de ingreso.
Más allá de esos tres hechos circulan por estos días, sobre todo en redes sociales, otros casos de los cuales no se conocen denuncias en un marco de conjeturas que incluye la posibilidad de que se trate de la misma persona. En ese sentido algunos recuerdan un hecho fatal, el pasado 22 de mayo, cuando una mujer de 92 años apareció muerta en su departamento del primer piso de Buenos Aires al 1500 donde fue asaltada por un hombre que al parecer había ingresado por el balcón.
Otras similitudes que mencionan sobre los robos es que el ladrón suele llevarse las llaves de los departamentos donde ingresa.
Por atrás
A diferencia de otros casos, en Pellegrini al 800 el ladrón escaló por los balcones hasta el tercer piso pero por el contrafrente, que da a un terreno donde hace un tiempo había una playa de estacionamiento y actualmente está abandonado, aunque con un tapial de difícil acceso. "Entraron por atrás, es imposible acceder por el frente que da a Pellegrini”, contó ayer un vecino que del edificio habilitado hace dos meses. "Mucho no nos conocemos, pero tengo entendido que le robaron a una mujer que vive sola”.
"No pasa de los 50 años”, aclaró otro vecino, y relató: “Era de madrugada y cuando se despertó tenía a un tipo adentro de la casa. Los ladrones salieron por la puerta de ingreso al edificio y ella, aunque la dejaron encerrada, pudo salir del departamento. Por lo que contaron, la mujer se comunicó con familiares y éstos al llegar no pudieron entrar, entonces vecinos de otros pisos bajaron pasa asistirla. Estaba golpeada y en shock”.
Cuando llegó la policía a entrevistar a la víctima los agentes la encontraron muy nerviosa y angustiada. Ella les contó que había entrado un hombre armado a su casa por el balcón del contrafrente. Entonces la amenazó, le apuntó con un arma de fuego y le pegó un par de golpes para luego robarle “unos 120.000 pesos y elementos tipo electrodomésticos pequeños a verificar”, indicaba un parte policial al respecto.
Otra vecina sostuvo que la víctima estaba “muy triste y preocupada” y agregó que en el consorcio evaluaban “hacer un planteo a la administración sobre la seguridad; evidentemente no funcionó nada”.
Muchas similitudes
El primer robo que trascendió de esta serie fue el 5 de septiembre en un edificio de Alem al 1600. Allí la víctima fue una joven de 26 años que también vive en un tercer piso y también fue sorprendida mientras dormía. En este caso el ladrón se llevó dinero, un celular y una computadora con parlantes.
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En ese caso el “hombre araña” escaló por el frente del edificio y se presume que llegó hasta el tercer piso porque los departamentos del primero y segundo piso tienen sus balcones enrejados por seguridad; así los barrotes, paradójicamente, se pueden usar como escalera para seguir trepando.
En ese caso Lucía, la víctima, contó que se despertó cerca de las 5.30 al escuchar ruidos que hizo el ladrón, que la amenazó con una tijera y estuvo al menos media hora dentro del departamento. En este caso la puerta balcón no estaba bien cerrada.
“Me amenazó con una tijera. Me pidió más plata, le di 50 mil pesos, pero yo vivo al día, no tenía más. Me revolvió toda la casa. Hasta se probó mi ropa y unos anillos, y se llevó mi computadora y los parlantes”, dijo en su momento la estudiante a medios de prensa.
“Le rogaba que se fuera porque no había nada más de valor. Pero él seguía revolviendo. Me dejó encerrada porque se fue y se llevó la llave. Se puso el barbijo, bajó y se fue. Afortunadamente no fue a robarles a otros vecinos. Era un muchacho chiquito de cuerpo y me preguntó si estaba sola, tal vez temía que hubiera un hombre que lo golpeara”.
El otro caso fue el viernes 9 de septiembre en Pellegrini al 300. Allí la víctima también fue una mujer con una severa discapacidad motriz que sola vive en un departamento del segundo piso. “La piba tiene alrededor de 22 o 23 años —dijo un vecino de la cuadra— y le cuesta mucho caminar. Según contaron, el viernes a la madrugada se trepó un hombre por el balcón del frente, hizo pie en el primer piso e ingresó al departamento de la chica, en el segundo. Entonces la asustó, le dijo que la iba a matar y le pidió plata. Le robó lo que puede tener uno en su casa, poco, y también unas joyas tipo aritos y anillos. Los barrotes del balcón no son como para que pueda entrar una persona, pero los pudo abrir con alguna pinza y se metió”.
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El delincuente se escapó y la joven quedó encerrada. “Un vecino llamó a su familia, sus padres y una hermana, que anduvieron por acá el sábado. El padre, al que se lo notaba muy angustiado, comentó que querían irse y abandonar el departamento”, comentó otro vecino.
En ese contexto el portero de un edificio de Pellegrini al 300 comentó que la víctima del hecho de Alem al 1600 se habría comunicado con la joven asaltada en este caso. Según afirmó ambas coincidieron en que, por las descripciones físicas y las situaciones similares que experimentaron al ser asaltadas, podría tratarse del mismo ladrón.