Un proyecto presentado este miércoles en el Concejo busca multiplicar las alarmas comunitarias en los barrios al incorporar botones de pánico linkeados al 911 en los camiones recolectores de residuos, donde se mueven casi los únicos trabajadores que recorren toda la ciudad por la noche y a los que la semana pasada les balearon uno de los vehículos.
La iniciativa del edil Lisandro Cavatorta (PJ) prevé que el municipio garantice la instalación de tecnologías aplicadas a la seguridad en los camiones de los recolectores. Específicamente, pide que se implemente de forma obligatoria en cada vehículo, y sin costo alguno para los trabajadores prestadores del servicio de recolección, un sistema de botones pulsadores y app de pánico.
Se trata de botones de pánico para que el trabajador accione ante una situación de inseguridad o emergencia con la que se encuentre u observe mientras realiza su trabajo, tanto personal como de un vecino o vecina, que puedan emitir señales y alertas hacia el Centro de Monitoreo del Municipio (Cior), al 911, al sistema de emergencias médicas y a otros organismos similares.
Teniendo en cuenta que son 100 camiones y 400 barrenderos, Cavatorta calcula que se necesitarían 500 botones con app, lo que insumiría un costo de 200 mil pesos por mes para el municipio.
La medida se generó en el marco de conversaciones que mantuvo el presidente de la comisión de Seguridad Ciudadana con el secretario general del Sindicato de Recolectores de Rosario, Marcelo Andrada, quien le solicitó que tome cartas en el asunto luego del hecho de violencia ocurrido el último viernes en San Luis al 4500, donde una unidad que estaba cumpliendo servicio fue atacada con tres disparos por dos sujetos en moto. El episodio derivó en un paro de los trabajadores, que se levantó luego de reuniones con funcionarios del Ministerio de Seguridad.
"Son los mismos recolectores los que nos propusieron y apoyan fuertemente esta medida, que ayuda mucho cuando son víctimas y también cuando ven un hecho de violencia o inseguridad. Porque hace desde 2016 que el municipio no instala una sola alarma comunitaria nueva. Y los vecinos la piden, la quieren y la necesitan" afirmó el autor del proyecto.
Los recolectores son, junto con los choferes de colectivos, de los pocos trabajadores y trabajadoras que recorren la ciudad por la noche, en todas las cuadras, en todos los barrios a lo largo y ancho de la ciudad. "Los recolectores me dicen que, muchas veces, terminan actuando como alarmas comunitarias móviles, cuando ven o se encuentran con un hecho de violencia o una emergencia, interviniendo activamente en la prevención, con un llamado telefónico o convocando a los móviles policiales por sus propios medios” comentó el concejal.
En este marco, Cavatorta solicitó que el municipio lleve adelante las gestiones necesarias para que cada recolector que sale a la calle a trabajar cuente con un botón antipánico en su camión, de modo tal de generar una alerta y solicitud de auxilio en caso de sufrir u observar algún conflicto, emergencia o hecho de violencia.
Convenio
A su vez, el texto prevé la implementación de un convenio de colaboración y cooperación con el Ministerio de Seguridad de la provincia, el Ministerio Público de la Acusación, las empresas habilitadas que brinden servicios de recolección de residuos en Rosario y el Sindicato de Recolectores, a los fines de evaluar e implementar otras medidas complementarias al proyecto.
“Los recolectores hacen un trabajo vital para el funcionamiento de la ciudad y están expuestos como pocos a la inseguridad y a la violencia. El municipio, junto a las fuerzas de seguridad, tiene que hacer algo para cuidarlos, para garantizar su derecho a trabajar, pero sobre todas las cosas para garantizar su derecho a sentirse seguros" resaltó el concejal.
Cavatorta admitió que el proyecto no resuelve el problema de fondo que tienen los recolectores: "La situación de seguridad en Rosario es grave y generalizada, y todos tenemos algo para hacer: todos los niveles del Estado con todos sus recursos. No le decimos al municipio lo que no puede hacer, le proponemos lo que sí puede y no vemos que esté haciendo. Nada soluciona todo, pero todo puede solucionar algo" concluyó.