Antes de empezar quiero dejar aclarado que estoy en contra de matar a un ser humano, lo único que genera es más odio y rencor en nosotros mismos. Pero por otro lado, comprendo el hartazgo que está viviendo gran parte de nuestro querido país por el tema de la delincuencia y el narcotráfico. Hartazgo e impotencia que también uno sufre con toda la familia y que ha padecido en varias oportunidades en estos últimos meses. En todo este tema hay un actor principal y culpable a todas luces que son nuestros políticos (vale aclarar que también incluyo a los jueces), que con los comentarios que he escuchado y leído últimamente están tratando de lavarse las manos como Poncio Pilatos. Ellos (políticos y jueces) son los que han ahondado este problema sin siquiera nunca hacer nada al respecto, y siempre mirando al costado. En mi mente siempre viene la pregunta de por qué reaccionaron casi en forma unánime ante este problema de la misma manera, y hasta el momento tengo dos respuestas (que por supuesto es mi humilde opinión): la primera es que saben que verdaderamente nunca han hecho nada por el tema de la inseguridad y el narcotráfico, y siempre les ha importado sus intereses personales y mezquinos y para nada el bien común, que es la finalidad de la política bien entendida. Y la segunda, por un tema de conveniencia política: acaparar (por no decir comprar) votos. Me viene a la memoria la película “Gladiador” cuando en el circo romano compraban a la gente con “entretenimientos” de lucha pero antes tirándoles un pedazo de pan. De este actual gobierno es casi imposible esperar que pueda establecer la tan ansiada paz en nuestro país, dado que siempre han generado odio y división en la sociedad. Y tampoco tiene legitimidad para hacerlo, porque no se puede proponer algo cuando nunca han dado el ejemplo, sería contradictorio. De todo lo negativo que se ha vivido en estos últimos días, rescato que la gente se ha empezado a despertar de la anestesia en que estaba. Es importante que como hermanos empecemos a preocuparnos de nuestros vecinos y nos unamos para procurar un país mejor. Cuando los políticos vean que como ciudadanos empezamos a ejercer nuestros derechos (y por supuesto nuestras obligaciones) en serio, lo van a pensar dos veces no hacer nada. Esto no se va a solucionar hoy, pero hoy es el momento de comenzar a construir una gran Nación.