Concurrí con mi suegra a un traumatólogo del Pami (II) para que se le retirase un yeso después de 40 días, por una fractura de muñeca. El médico que nos atendió dijo que, a pesar que ya estaba para retirarlo, no contaba con el aparato para cortar el yeso porque estaba descompuesto desde hacia meses, pero que no me preocupara y que llevara a mi suegra a mi casa y pusiera la mano en una palangana con lavandina y el yeso se desprendería solo. Eso hicimos pero el yeso no se ablandaba, y menos se podía retirar, así que con mucho cuidado con una sierra pude sacar el yeso y hacer lo que el Pami (II) no pudo. Lo que están haciendo con nuestros pobres jubilados no tiene perdón de Dios, eso sí para dar plata a diestra y siniestra, para echarle la culpa a todo el mundo son mandados a hacer. Yo le preguntaría a la señora presidente, si en el sanatorio que ella estuvo internada cuentan con un aparato tan simple como éste. Y a los jubilados les digo que no se hagan ilusiones, de ustedes cada vez se acuerdan menos, y si se los pueden sacar de encima, mejor.