El fiscal que interviene en el crimen de Jonathan Herrera, el joven que en enero pasado lavaba el auto frente a su casa cuando fue ultimado por policías que perseguían a un ladrón, pidió ayer la pena de prisión perpetua como autor material del homicidio para uno de los cuatro miembros de la Policía de Acción Táctica (PAT) implicados en el caso. Los otros tres seguirán presos hasta el 15 de febrero, mientras avanza el trámite de un juicio abreviado ya cerrado entre las partes que les impone 3 años de prisión efectiva por el delito de abuso de armas. Se trata de un acuerdo que está pendiente de homologación y que, si prospera, será presentado en febrero ante un juez penal.
Esas definiciones arrojó ayer una audiencia en la que el juez Gonzalo López Quintana prorrogó la prisión preventiva de los cuatro policías. El principal acusado es Ramiro R., de 24 años, quien seguirá preso y camino al juicio oral como autor material de la muerte de Herrera.
Pruebas. El mes pasado la fiscalía había sido emplazada a presentar su acusación antes de fin de año. Eso es lo que formalizó ayer el fiscal de Homicidios Adrián Spelta, quien solicitó la pena de prisión perpetua para R. como autor de un homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad.
La acusación fue presentada ante el juez en un escrito con 168 fojas de documentación, entre las que constan declaraciones, entrevistas y filmaciones. La prueba decisiva es una pericia que establece que el balazo que impactó en la arteria femoral de Herrera provino del arma de R. El joven también sufrió otro balazo por roce en el cráneo pero su procedencia no pudo determinarse.
Según una reconstrucción integral del hecho realizada por el gabinete criminalístico, que fue incorporada al escrito fiscal, el proyectil que rozó a Herrera en la cabeza provino de una dirección distinta. Al parecer fue disparado por uno de los dos policías que venían corriendo detrás de R. "El primer disparo que impacta en Herrera es el de la arteria femoral. Cuando se está agachando recibe el segundo disparo", explicó Spelta, y resaltó que de todos modos el resultado del primer impacto sería mortal.
Querellantes. A partir de ahora corren los plazos para que presenten sus acusaciones los querellantes. Por un lado, la esposa y el hijo de Herrera. Por otro, la madre de la víctima. Cuentan con 60 días cada uno para pronunciarse.
Luego se hará la audiencia preliminar para definir qué pruebas y en qué términos discutirán las partes en el juicio oral. Todo indica que R. llegará a juicio oral ya que su defensa sostiene su inocencia y la fiscalía pide la pena máxima, lo que no deja márgenes para negociar un procedimiento abreviado.
Acuerdos. De sostenerse el cuadro de situación delineado ayer, R. será el único en el banquillo. Los otros tres imputados acordaron en un juicio abreviado recibir penas de 3 años de prisión efectiva por el delito de abuso de armas. Así fue acordado entre su defensora, Sara Fátima Marcos, y el fiscal Spelta. La abogada indicó que el convenio aún debe ser homologado por el fiscal regional Jorge Baclini y que cuenta con el respaldo de los abogados querellantes Paul Krupnik y Gustavo Feldman, en representación de la esposa y el hijo de Herrera.
El acuerdo en ciernes alcanza a los efectivos Francisco R., de 19 años; Luis S., de 21, y Alejandro G., de 19, este último en prisión domiciliaria.
En los próximos días debe pronunciarse a favor o en contra la madre de Herrera —representada por Cintia Garcilazo, del Servicio de Defensa Penal— quien ya manifestó públicamente su descontento. Si está disconforme se lo debe hacer saber al fiscal regional. Baclini, a pesar de esa objeción, puede aprobar el abreviado para que luego lo revise un juez. En la audiencia de ayer el fiscal Spelta pidió que se unifiquen las dos querellas para simplificar el proceso.
Tiros. El crimen de Herrera ocurrió a las 15 del 4 de enero pasado en Ayacucho y bulevar Seguí, cuando el joven de 22 años lavaba el auto frente a su casa y quedó en medio de una ráfaga de tiros de agentes que perseguían a un ladrón. Hasta ese lugar lo había seguido una patrulla del Comando Radioeléctrico tras el robo a una juguetería de San Martín al 3500.
Los efectivos del Comando ya habían herido y atrapado al maleante cuando cuatro agentes de la PAT que iban en un colectivo de la 133 por Seguí hacia al este vieron la escena. Los efectivos hicieron detener el ómnibus y se plegaron al operativo con al menos 20 disparos. Tres tiros mataron a Herrera, quien intentó en vano refugiarse en cuclillas detrás de un árbol.
Desde entonces los agentes de la PAT están con prisión preventiva y la pesquisa avanzó en la colecta de pruebas y testimonios. Entre ellos el del ladrón, quien dijo que ya estaba reducido y con un pie en la cabeza cuando los policías le dispararon a Herrera.
En una de las audiencias por el caso el fiscal Spelta planteó que "se encontró un solo proyectil porque los restantes los recogió el imputado" (por R.), quien dijo haberlos levantado porque así se lo enseñaron durante su instrucción policial.