Payasadas festejó sus 15 años con un festival de tortazos frente al Monumento

Payasadas cumplió los 15 y los festejó a lo grande. Consolidado ya como un festival único en su tipo tanto a nivel nacional como internacional, la fiesta que transforma a la ciudad en un gran escenario circense terminó ayer tras cinco días de espectáculos e intervenciones con el irreverente tortazo de cierre.

Se trata de un encuentro que se realiza en Rosario hace ya quince años, desde diciembre de 2001, y que reúne anualmente a artistas locales, del país y del mundo en una convocatoria sin igual donde se suceden espectáculos, muestras y pasacalles por toda la ciudad.

La propuesta, organizada por la Escuela Municipal de Artes Urbanas, se inició el miércoles pasado frente al Monumento con el izamiento de la bandera de la Ciudad de los Payasos y continuó con una intervención en el Museo Castagnino. Luego siguió en la plaza Pringles y la San Martín, espacios invadidos por payasos y artistas urbanos que desplegaron ante los distraídos transeúntes el difícil pero maravilloso arte de hacer reír.

Desde entonces se sucedieron intervenciones y espectáculos en plena calle de distintos distritos de la ciudad y en el Galpón 15, sede la Escuela de Artes Urbanas, un espacio encargado de propiciar y estimular la producción de grupos de artes urbanas, verdaderas modalidades de encuentro entre estéticas, disciplinas, edades y formas de comunicación para recrear la esperanza.

Y ayer, con un encuentro a la gorra que se realizó sobre la explanada del Galpón 15, llegó el momento del cierre de Payasadas.

Participaron del show el Circo Da Vinci, de Córdoba, que llegó con su espectáculo "La meteorológica", y Tenaza como presentador. La Orquesta Sarrasani fue otra de las invitadas.

Luego, como no podía ser de otro modo, 400 tortas fueron repartidas entre el público para que nadie se quedara con las ganas de dar el famoso tortazo con que, año tras año, Payasada se despide de Rosario a pura carcajada.