“Esta lucha continúa”. Con la intención de enfatizar ese espíritu, como ejercicio de declaración pública, familiares de las víctimas del estallido social y posterior represión policial registrada en diciembre de 2001 encabezaron en la calurosa tarde de ayer una multitudinaria marcha que partió de plaza San Martín y atravesó el centro de la ciudad, junto a otras organizaciones políticas y sociales, y desembocó en las escalinatas del Monumento a la Bandera. “Ya van 20 años de impunidad, que también para nosotros representan 20 años de resistencia y organización”, resaltaron quienes impulsaron esta manifestación. Y desde ese escenario de angustia y protestas, siguieron exigiendo “juicio y castigo a los responsables de esa masacre”.
Efusivos pedidos de justicia fueron el eje principal de la caminata, y ese mismo tinte atravesó todas las actividades que se realizaron en los últimos días en la ciudad. Esta marcha fue, sin dudas, la expresión más masiva de esa acción colectiva de reconocimiento y memoria por las nueve personas asesinadas en la provincia como consecuencia de la conducta policial.
En esta oportunidad, los familiares insistieron en que el acto estuvo dirigido para honrar a Yanina García, Marcelo Pacini, Graciela Machado, Rubén Pereyra, Walter Campos, Ricardo Villalba, Juan Delgado, Graciela Acosta, y Claudio Pocho Lepratti.
Y eso se expuso en las remeras, los carteles y también en la primera bandera de protesta que lideró la nutrida marcha que rezaba: “Juicio y castigo a todos los culpables”. Esa barredora, con imágenes de los nueve asesinados, fue ubicada en un sitio destacado en el acto principal, cuando leyeron la proclama conjunta en el Monumento.
Unos metros más atrás, otros referentes sociales y políticos de la ciudad llevaron otra que decía: “A 20 años del Argentinazo, la deuda sigue siendo con el pueblo”.
Otra vez, el más insultado fue el ex gobernador Carlos Reutemann. “En esta provincia murió impune el principal responsable político de esta masacre”, exclamó Celeste Lepratti ante este diario. “Los familiares todavía sentimos que esto está muy fresco. No nos parecen 20 años. Y mucho de ese dolor común que seguimos sintiendo tiene que ver con la impunidad. Y esa impunidad habilita nuevas impunidades, y agigantan una herida que sigue abierta en todos nosotros”.
“En estos 20 años nos pudimos organizar para seguir adelante, y con mucha dignidad, desde abajo, mantenemos este reclamo, aunque todavía no llegaron las respuestas. El Estado, en todos sus niveles, no nos dio respuestas. Pero como a los sueños y a las luchas no se renuncian, por eso seguimos reclamando”, resaltó Lepratti.
La marcha comenzó, pasadas las 18, desde la plaza San Martín y transitó todo el casco histórico del centro por calle San Lorenzo, al ritmo de redoblantes, para arribar al punto de destino, alrededor de las 18.50. Más allá del sofocante calor de la jornada, con una temperatura que superó los 34º, los rosarinos igual brindaron una impactante concurrencia para acompañar este sentido reclamo, muy presente en la historia reciente de los argentinos. Y la convocatoria logró abarrotar las tradicionales escalinatas del Monumento.
El pasaje más atractivo de la manifestación se dio en una breve proclama de la que participaron referentes de todos los sectores que participaron de la marcha, que se leyó de frente a la concurrencia. El momento de mayor emoción se dio cuando Celeste Lepratti pidió a viva voz “justicia” por los asesinados en diciembre de 2001, nombrándolos uno por uno. Y, antes de las 20, comenzó la desconcentración.
La previa
Desde la mañana temprano, organizaciones sociales y piqueteras, junto a partidos de izquierda, movilizaron desde plaza Sarmiento hasta el Monumento a la Bandera, para “reivindicar la rebelión popular que significó el Argentinazo, en un contexto que le da máxima actualidad a lo que fue esa enorme gesta contra las consecuencias nefastas que traen las políticas del FMI, que el gobierno y también la oposición continúan aplicando, como lo vemos con el ajuste en curso para pagar la deuda externa”, dijeron desde las organizaciones convocantes.