“Sentí que tenía que continuar jugando por mis ganas, por el club, por la gente y por los compañeros. Por eso me tomé unos días para pensar y decidí seguir”, confió Diego Mateo (37 años) en la charla que mantuvo con Ovación, mientras disfruta de las vacaciones con su familia y se prepara para lo que será afrontar una nueva pretemporada a principios de enero. Las razones para seguir defendiendo con honor la camiseta leprosa número cinco fueron el eje de la conversación, que además incluyó el balance rojinegro del año que está terminando, su relación con el DT Lucas Bernardi y lo que le genera sentir permanentemente el afecto de los hinchas. “El cariño de la gente me emociona. Y es algo que no me esperaba porque nunca fui un jugador dotado, ni esas figuras que marcan la diferencia o que hacen goles, que son los que habitualmente reciben ese tipo de demostraciones de afecto desde la tribuna”, expresó Pomelo con su habitual franqueza y bajo perfil.
En el último semestre le tocó jugar poco, pero jamás dejó de apoyar al grupo ni bajó los brazos. “Está claro que uno siempre quiere jugar, es competitivo por naturaleza y busca estar adentro de la cancha. Pero también sé que uno puede ayudar desde afuera y más a esta altura de mi carrera”, puntualizó el rubio mediocampista, a modo de prólogo, para enseguida meterse de lleno en el ida y vuelta de la entrevista.
—Te habían ofrecido renovar el contrato, pero te tomaste un tiempo para pensarlo. ¿Cuál fue la respuesta?
—Le había pedido a Roberto (Sensini) y a Lucas (Bernardi) unos días para pensar bien qué iba a hacer y estar convencido de la decisión que iba a tomar. Decidí continuar porque estoy al ciento por ciento en todo sentido. Tengo ganas de seguir, aportar desde donde me toque y ya se lo comuniqué al director deportivo y al entrenador.
—¿Será un vínculo por seis meses o por un año?
—Probablemente arreglemos por seis meses y después vamos viendo. Más que nada porque quiero sentirme a pleno mientras juegue. Vestir esta camiseta requiere estar al máximo en todo sentido.
—¿Qué pusiste en la balanza para tomar la determinación?
—Es una decisión muy difícil. Por más que uno tenga experiencia estas determinaciones son muy complicadas porque es a lo que uno se dedicó toda la vida, es la pasión y está claro que en algún momento llega el final y hay que decir basta. Por eso analicé si era el momento de parar, pero después de unos días de tranquilidad, de estar alejado de los entrenamientos, sentí que tenía que continuar. Tengo ganas de seguir y así lo haré. Ya superé totalmente la infección en el dedo que había tenido a maltraer, pero seguro que ahora uno debe cuidarse mucho más porque los años no vienen solos.
—¿Influyó el afecto de la gente en tu decisión de seguir?
—Lo de la gente cuenta muchísimo. Es impresionante el cariño que me brindan. Estoy agradecidísimo. Y esto me fortalece mucho. Uno de los motivos por los cuales deseo continuar es por las ganas, pero también es por el cariño de la gente. Y es algo que no me esperaba porque nunca fui un jugador dotado.
—Entonces en enero arrancás otra pretemporada.
—Ya tengo el chip puesto en ponerme a punto en la pretemporada, en dar lo mejor desde el lugar donde me toque estar y siempre tirar para adelante.
—No te tocó jugar mucho, pero igual apoyaste desde el lugar que ocupaste y siempre estuviste junto a tus compañeros. Imagino que por dentro debés tener ganas de jugar siempre y querés ganarte el puesto.
—Está claro que uno siempre quiere jugar, es competitivo y pretende estar adentro de la cancha. También sé que se puede ayudar desde afuera y más a esta altura de mi carrera. Siempre fui de la idea de que se puede sumar desde cualquier lugar. Sin duda que lo más lindo es estar adentro de la cancha. Creo que lo más importante es la persona más allá de jugar o no hacerlo. Quiero dejar una buena imagen en el día de mañana como persona y no quiero fallar en eso.
—No pudieron hacer una buena temporada en 2015, ¿cómo analizás el año futbolístico?
—Sin duda que desde los resultados esperábamos mucho más por lo que se merece esta institución. No pudimos pelear cosas importantes y fuimos un equipo irregular. Ahora ya está, hay que hacer borrón y cuenta nueva, siempre corrigiendo lo que se hizo mal. Empezará una etapa nueva y hay que mirar para delante y mejorar.
Disfrutar el fútbol es difícil
Las presiones y las urgencias en el fútbol están a la orden del día, y Diego Mateo dio su opinión al respecto.
—¿Podés disfrutar del fútbol o el tema de las urgencias y la necesidad de conseguir resultados es muy desgastante? ¿Cómo lo vivís?
—El fútbol es lo que me gusta y me apasiona, pero disfrutarlo no. Por ahí disfruto cuando juego un picado con mis amigos (risas), pero a nivel de primera división disfrutar es muy difícil, por lo menos en lo personal. Seguro que durante la semana se disfruta del vestuario y de compartir cosas con los compañeros, que es lo que te queda para el día de mañana. Pero realmente el tema de lo que es el partido y prepararlo es un trabajo y es difícil disfrutarlo. En estas cuestiones es difícil relajarse.
La relación con Bernardi
Mateo conoce a Bernardi desde la época de inferiores, y ahora Pomelo juega y el ex capitán es el entrenador.
—Jugaste poco. ¿Cómo es tu relación con el DT?
—Muy buena. Respeto totalmente las decisiones futbolísticas que toma. No hay ningún problema. La verdad es que trato de sumar y acompañar al Mudo, y a todos los compañeros. Acá lo que vale es Newell’s, que está por sobre todas las cosas más allá de las personas. Hoy le toca a Lucas estar en un cargo que tiene que tomar decisiones y nos pueden gustar o no, pero hay que respetarlas y apoyarlas. Acá lo importante es Newell’s.
El futuro y la formación
Respeto al futuro para cuando deje de jugar, Mateo tiene un plan. “Por ahí se me cruza por la cabeza qué haré el día de mañana porque el final está cerca. Hice el curso de técnico y el fútbol me apasiona. Lo que realmente me gustaría es seguir ligado con el fútbol en el tema de la formación, entrenar a los juveniles e infantiles”, precisó Pomelo.
—¿Ahí creés que hay un lindo trabajo para hacer?
—La formación es uno de los puntos importantes para que el jugador llegue bien preparado en todo sentido, como futbolista y también como persona.