El Ministerio de Trabajo de Santa Fe dictó la conciliación obligatoria por 30
días en el conflicto desatado por la empresa Mahle cuando decidió el cierre de su planta en
Rosario. La medida permite ganar tiempo y aumentar la presión para que revea la decisión. Ese
objetivo se convirtió en una cuestión de Estado, tanto para el gobierno provincial como el
nacional. Ambas administraciones cerraron filas en una estrategia que ayer incluyó el inicio de
contactos diplomáticos con el gobierno alemán, donde está la casa matriz de la firma.
Por la mañana se desarrolló en la sede de Trabajo provincial una reunión en la
que participaron representantes de la empresa, funcionarios del gobierno provincial, municipal y
nacional, delegados de la firma y representantes de la UOM. El cierre de la planta de aros de
pistón de Rosario dejaría en la calle a alrededor de 500 trabajadores y pone en peligro la
actividad de 200 talleres proveedores.
Por la tarde, el ministro de Trabajo, Carlos Rodríguez, tomó contacto con su par
nacional, Carlos Tomada, quien a su vez llevó el tema a la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner. La jefa de Estado convalidó la estrategia conjunta de las carteras laborales de la Nación
y la provincia y también instruyó a la Cancillería para que tome cartas en el asunto. Así, el
embajador argentino en Alemania inició una serie de contactos con los directivos de Mahle en ese
país, mientras que el canciller Jorge Taiana se reunió con el embajador alemán en Buenos Aires.
"Hay una vocación de todos para impedir el cierre", señaló Rodríguez. El tema
será tratado en la reunión de esta semana de la mesa chica de monitoreo de la situación del empleo
que armó el gobierno nacional con la participación de los ministros de Producción, Débora Giorgi, y
Trabajo, Carlos Tomada, junto al titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip),
Ricardo Echegaray.
Por otra parte, el gobernador solicitó una audiencia con Cristina. "Creemos que
hay que poner en marcha esta fábrica, hay que buscar una alternativa como ocurrió con Paraná
Metal", dijo el mandatario, quien se mostró convencido de que el gobierno nacional puede aportar
desde la búsqueda de inversores hasta "medidas que faciliten la provisión en el mercado repositor
de los aros que se fabrican acá".
Por la mañana, durante la reunión realizada en la sede Trabajo local, Mahle
acató la conciliación obligatoria dispuesta por 30 días. Así, los trabajadores cobrarán sus sueldos
hasta el 3 de junio. Los empleados se constituirán en "custodios de la planta", explicó Martín
Flayart, delegado de Mahle.
La viceministra de Trabajo, Alicia Ciciliani, relató que los directivos de la
firma informaron que decidieron cerrar la fábrica porque no era rentable. También que la fábrica
vende al mercado de reposición internacional, "en el que la demanda cayó un 45 por ciento", lo que
obligó a un ajuste a nivel mundial.
Para Flayart, delegado de Mahle, la historia es otra. "La crisis de la empresa
es ficticia, no existe, hubo un plan hormiga para desmantelar la planta y llevarse la producción a
Brasil", dijo. El lunes próximo se realizará otra reunión entre las partes. Mientras se mantenga la
posibilidad de revertir la decisión de la empresa, en el gobierno provincial prefieren no hablar de
la posibilidad de autogestión. "Vamos a tener el plan A, B, C y Z hasta encontrar una solución",
dijo Ciciliani.
Renuncia
En el medio del conflicto de Mahle y de los esfuerzos que se están realizando
para preservar las fuentes laborales, el Ministerio de Trabajo de la provincia sufrió una baja.
Luis Ortega, subsecretario de Trabajo, renunció a su cargo. Según el titular del Ministerio, Carlos
Rodríguez, el dirigente bancario tomó la decisión para dedicarse a su gremio. Por ahora, no hay
reemplazante.