Londres. — Dos semanas antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Londres, el gobierno británico generó una fuerte polémica en el país sobre el plan de seguridad al movilizar a 3.500 soldados más como refuerzo y así poder cubrir las fallas de un contratista de seguridad privada, que recibió millones de dólares para hacer eso pero que no contrató personal suficiente. Esta compañía confesó el miércoles, causando estupor y alarma, que "tuvo problemas" para reclutar el personal suficiente y formarlo en el tiempo previsto, cuando el contrato establecía que proporcionase 10.000 guardias privados durante los Juegos. El error provocó duros cuestionamientos al comité organizador de Londres 2012. En total, 17.000 soldados estarán en servicio durante los Juegos del 27 de julio al 12 de agosto.
Existe preocupación porque la empresa de seguridad G4S no está en condiciones de poner a disposición "a tiempo el número necesario de personal de seguridad para todos los escenarios de competición", declaró ayer el ministro de Defensa, Philip Hammond. A su vez, la ministra del Interior, Theresa May, aseguró que el cambio de planes, que obligará a repatriar a soldados destinados a países como Afganistán y a que otros cancelen sus vacaciones, "no socavará la seguridad de los Juegos", y sobre los que aseguró que "no pesa ninguna amenaza concreta".
Tanto May como el titular de Defensa, Hammond, dijeron que se compensará económicamente por las vacaciones perdidas a los soldados y reservistas destinados a los Juegos, a quienes además se les darán entradas gratis para eventos deportivos. No obstante la ministra de Interior admitió que la convocatoria de soldados que sirven en otros países o que regresaron de misiones en el extranjero supondrá un sobreesfuerzo para estos efectivos, que no podrán disfrutar de un descanso.
Esto, según han afirmado ex jefes militares, minará la ya frágil moral en las fuerzas armadas, que afrontan despidos masivos por un recorte del presupuesto de Defensa. Hammond anunció el 5 de julio que se reducirá en un 24 por ciento en los próximos 8 años la capacidad militar de este país, lo que significa pasar de los actuales 102.000 soldados a 82.000, la mitad que en la Guerra Fría.
Guerra con vecinos. El operativo de seguridad por los Juegos ha sido objeto también de otra polémica, después de que los vecinos del este de Londres, donde se ubica el parque olímpico, se quejaran por la instalación de misiles tierra-aire en las terrazas de sus edificios. A este último fiasco se suma además la inquietud existente por la ralentización de los controles de inmigración en los aeropuertos, principalmente el londinense de Heathrow, el mayor del país, donde diariamente se forman largas filas.
El despliegue de seguridad en las Islas es el mayor desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial. Junto con numerosos voluntarios, alrededor de 24.000 personas cuidarán de la seguridad en los escenarios de competición, se dijo por parte gubernamental. El presupuesto de seguridad en las instalaciones deportivas es de alrededor de 533 millones de libras (unos 870 millones de dólares).
Legisladores británicos exigieron ayer que se les explique por qué es necesario asignar más soldados para proteger los Juegos Olímpicos para cubrir las fallas de un contratista de seguridad privada. El opositor partido laborista criticó los cambios de última hora y exigió que se impusieran multas a G4S.
"Lobo solitario". El servicio secreto británico opinó que el mayor peligro para los Juegos es un "lobo solitario", con un atentado semejante al ocurrido en Noruega, que costó la vida a 77 personas el año pasado. "El perro que no ves podría ser el que te muerde", dijo ayer Jonathan Evans, director general del servicio secreto MIS. No existe la menor duda de que terroristas sopesaron la posibilidad de un atentado durante el mayor acontecimiento deportivo mundial a orillas del Támesis, dijo Evans. "Las Olimpíadas de Londres, con su fenomenal aparato de seguridad, no son ningún objetivo fácil para terroristas, pero no existe ninguna garantía de seguridad", agregó. El nivel de seguridad no fue aumentado y sigue siendo el tercero más alto en la escala.
Los denominados "lobos solitarios" (terroristas que operan por su cuenta) representan una especial amenaza porque son difíciles de localizar por los servicios secretos. "La desgracia que dichos individuos pueden provocar se vio reflejada en la matanza de Noruega", dijo Will Bartley, jefe del Centro de Investigación de Terrorismo Jane's.
Revés judicial
Vecinos de la torre Fred Wigg de Londres perdieron la causa judicial contra el gobierno por la instalación de misiles en su terraza como parte del operativo de seguridad. Los ciudadanos amenazaron con formar una barricada humana en la zona y firmaron una carta de protesta. Pero como esas medidas no surtieron efecto, recurrieron al Tribunal Superior inglés. Sin embargo, todo resultó inútil ya que la corte determinó que no hay ningún peligro para ellos.