Los precios del beicon en Estados Unidos llevan dando que hablar desde principios de año, puesto que ahora es más caro que nunca. Las tiras de tocino crujiente —antes un elemento barato del desayuno americano— ahora han entrado en las cocinas gourmet. ¿Se convertirá el beicon en un alimento escaso?
Los medios estadounidenses llevan avisando a la población desde hace meses. Forbes advertía de un "desastre inminente por escasez de beicon" a principios de febrero. Y la cadena de noticias NBC tituló: "La situación se pone seria: en 2017 podría haber una escasez de beicon".
La causa de la alarma fue la advertencia de la asociación Ohio Pork Council de que las reservas de carne congelada de vientre de cerdo —de donde se extrae el tocino— alcanzaron en diciembre el nivel más bajo desde hace 60 años.
Aunque el presidente de la asociación aseguró que el abastecimiento no corría peligro, el "hashtag" #baconshortage (escasez de beicon) en Twitter provocó el pánico entre los fans de este alimento.
Sin embargo, sintieron un gran alivio cuando los expertos del sector calmaron los ánimos y trataron de disipar los temores.
"Habrá todo tipo de beicon", aclaró el experto en carne de cerdo Steve Meyer, de EMI Analytics en The New York Times. El periódico se refirió a las informaciones sobre la escasez como "fake news" (noticias falsas).
Actualmente no hay que temer por que en Estados Unidos se acabe la panceta ahumada. Sin embargo, los precios se han disparado. Según los datos de inflación del gobierno, la libra de beicon (algo menos de medio kilo) se ha encarecido desde principios de año alrededor de un 23 por ciento, hasta los 6,4 dólares (5,4 euros), el precio más alto desde que se tienen registros.
A modo de comparación, por ese precio se pueden comprar casi cuatro libras y media (dos kilos) de pollo. La razón del aumento de precio es el encarecimiento de la carne de vientre de cerdo, que ya cuesta un 80 por ciento más.
En verano se produjo una subida de los precios en la venta al por mayor y ahora lo están notando los consumidores en el supermercado, explica John Newton, de la federación agraria American Farm Bureau Federation.
"El beicon se ha encarecido notablemente por la disminución de las existencias y por la subida de los precios del vientre de cerdo", cuenta. Además, el tocino está de moda, está considerado como un producto "sexy" en los restaurantes, por lo que disminuyen las provisiones y suben los precios.
Es cierto que el beicon se ha convertido en los últimos años en un hit y ya no solo se utiliza en las barbacoas, las hamburguesas o los desayunos. Da igual si es un donut, un gofre, un helado, piña o chirimoya, ya todo se acompaña con beicon.
Los restaurantes de ambiente en la zona "hipster" de Brooklyn, Williamsburg, invitan saborear la panceta ahumada en nueve refinados platos. El cocinero estrella Jamie Oliver también ha incluido en sus recetas de "Super Food" el tocino crujiente y en un cóctel de bienvenida se ofrecen distintos tipos de beicon bien hecho como aperitivo.
Además, la demanda también ha aumentado por la popularidad de la alimentación "Low-Carb", que sustituye los hidratos de carbono con un consumo ilimitado de grasa.
Según los analistas de mercado de Nielsen, el consumo de beicon en Estados Unidos aumentó un 14 por ciento entre 2013 y 2016. Sin embargo, afirman que los consumidores no deben tener miedo de que se convierta en un producto insasequible.
Por un lado, la industria cárnica ya está trabajando por reforzar la producción. En septiembre, los ganaderos estadounidenses alcanzaron la cifra récord de 73,5 millones de cerdos, según el Departamento de Agricultura. Y este año se podrían sacrificar más cerdos que nunca, lo que tarde o temprano hará que bajen los precios.
Por otro lado, pese al relativamente brusco encarecimiento, el beicon aún está muy lejos de ser un producto de lujo.