Respondo a las cartas de los señores Maggi y Oliva, tituladas "La culpa es de todos (I y II)" sobre el tránsito. Los radares dentro de Rosario están ubicados específicamente donde se sabe que hay mayor tránsito y donde mayor es la velocidad del vehículo. Por lo tanto, los radares están ubicados en lugares (y aquí estoy de acuerdo con Sebastián) donde saben que van a pasar por lo menos a cinco kilómetros más de lo permitido y de esta forma recaudar una suma aproximada de 150 pesos. Días atrás, yendo para la facultad (Ciencia Políticas, UNR), dos zorros me pararon. Pregunté por qué me paraban y me respondieron: "Chequeo de rutina". Por dentro pensaba sobornar a alguien de rutina. Gracias a ellos llegué 30 minutos tarde a una clase, a la cual no podía llegar tarde y esperé afuera al fin de la misma. Esta es nuestra Dirección General de Tránsito de la Municipalidad de Rosario. La culpa no es de todos, es de todos aquellos que nos representan dentro del Concejo Municipal y no nos representan como deberían.