El grupo Serendipios sube a escena con la obra “La cortina azul”, una tragicomedia que, según sus creadores “se muestra como un intento de reflexión y crítica acerca del exacerbado materialismo e individualismo de la actualidad”. La propuesta se presenta hoy, a las 22, y mañana a las 20 y a las 22, en Platea Alta (Salta 1857).
Con dramaturgia de Juan Cruz Tolarovic y bajo la dirección de Claudio Villalba, el trabajo reúne a un grupo de conocidos en la casa de una amiga para despedirse de ella, encontrarse con sus objetos personales y pertenencias, lo que deviene en situaciones de comedia atravesadas por la hipocresía y los prejuicios. La obra cuenta con las actuaciones de Cecilia Maciel, Juan Cruz Tolarovic, Aron López, Andrea Alvarez, Sofía Fernández Rubiolo, Agustín Di Martino y Analía Menzella.
“La cortina azul” es la pieza que marcó el debut del grupo Serendipios y fue escrita antes de la pandemia como cuento breve. Luego, a partir de la posibilidad de conformar un grupo de teatro independiente, y ante la necesidad de llevar a escena obras propias, el relato se adaptó como texto teatral.
Tolarovic y Villalba explicaron que la inspiración para escribir “La cortina azul” fue una frase de Oscar Wilde: “Hoy en día el hombre conoce el precio de todo y el valor de nada”. “Esta frase -indicaron- se muestra casi como un axioma de la dramaturgia de «La cortina azul»”. En ese sentido apuntaron que la obra “intenta abordar, principalmente la hipocresía, los prejuicios, buscando dejar al descubierto las miserias humanas. Es un texto que gira en torno a las relaciones humanas, en especial la amistad y busca transformarse en un espejo de la sociedad, con personajes llevados al paroxismo y que nos interpelan”.
Sobre el estilo, al que Tolarovic y Villalba definen como tragicomedia, los artistas señalaron: “Buscando escapar del eclecticismo, intentamos mantener la construcción de la obra en los carriles de un estilo. Si bien «La cortina azul» comienza y discurre en tono y registro de comedia, el desenlace nos introduce de lleno en un estilo distinto”.
Entre las singularidades del texto, mencionaron que la pieza “invita a pensar los límites de la realidad ficcional”. Al explicar ese aspecto, mencionaron que “tanto la dramaturgia como la puesta de dirección utiliza como recurso la irrupción de dos personajes que, al tiempo que resignifican y acentúan cada situación, invitan a pensar cuál es la realidad y cuál la ficción”.
“La obra se muestra como un intento de reflexión y crítica acerca del materialismo e individualismo de la actualidad”, completaron Tolarovic y Villalba.