Definiciones:
Definiciones:
Recesión: disminución del nivel general de actividad económica durante dos trimestres consecutivos.
Depresión: profundización y prolongación de la disminución recesiva del nivel general de actividad económica.
Inflación: suba generalizada y persistente del nivel de precios.
Deflación: baja generalizada y persistente del nivel de precios.
Aun cuando pueda parecer redundante, nos hemos permitido recordar las acepciones comúnmente aceptadas de los fenómenos económicos a los que intentaremos referirnos para analizar la actualidad, evaluar y proyectar las perspectivas y sugerir las propuestas más pertinentes y recomendables.
Ante todo, es evidente que la fase cíclica que caracteriza al mundo de hoy es indudablemente recesiva, principalmente localizada en los Estados Unidos, aunque ya impacta también en Europa Occidental y, en menor medida, hasta ahora, en el Asia Pacífico y en el mundo emergente.
En correlación con la retracción en la demanda, y hasta del crédito, la mayor propensión al ahorro y sus implicancias contractivas en el mercado laboral, principalmente en el de menor calificación y de más fácil y pronta sustitución, se verifica una baja sostenida en las materias primas (agroindustriales, metales y combustibles), menos perceptible todavía en los servicios y en los bienes de consumo, aunque ello no autoriza, por ahora, a hablar de deflación, tal como la que antes definiéramos.
Lógicamente, esa conjunción de caída de la demanda y de disminución de precios, acentúa sinérgicamente la fase coyuntural descendente, profundizándola y prolongándola, hasta tanto se atenúe primero, y se revierta después, a partir de una recuperación, que anteceda a una nueva fase cíclica expansiva.
Aunque todas esas consideraciones puedan parecer innecesarias, procuran contribuir a una más ajustada percepción de la actualidad y a una más adecuada prospección, que oriente las decisiones pertinentes para ese escenario futuro predecible.
En intento de justificar aún más este análisis y propuestas, aplicables principalmente a la realidad argentina, nos permitimos recordar que nuestra mayor experiencia, y hasta aprendizaje, con su derivación consecuente en actitudes y comportamientos, individuales y colectivos, se relaciona más con la inflación, a veces tan elevada, que nos llevó a convivir con la hiperinflación, en concomitancia, en algunas oportunidades, con fases cíclicas expansivas, otras contractivas y, en no pocas, de estancamiento, que configuraron lo que dió en llamarse "stagflation" (estancamiento con inflación).
En cambio, creemos no haber tenido mayor experiencia y menos aún aprendizaje de situaciones deflacionarias, que habitualmente se asocian a fases cíclicas de declinación o estancamiento.
Por todo ello y con el propósito docente de ayudar a la evaluación de situaciones como las que ahora se nos plantean y a la contribución para una mejor, más racional y oportuna decisión que resuelva los problemas que ella origina, nos permitimos recomendar que, ante tal actualidad y perspectivas predecibles, nos propongamos como objetivo tratar de minimizar los riesgos y los costos, más que maximizar las oportunidades y los beneficios, en procura de preservar el patrimonio y los recursos y variables organizacionales, humanos, físicos y hasta mercadológicos más relevantes y de más difícil sustitución. Se debe priorizar la fluidez y el autofinanciamiento, con mayor rotación, menor inmovilización y endeudamientos posibles, tanto más cuanto las nuevas compras lo sean probablemente a menores precios, con lo que la competitividad y los inventarios no tolerarían financiarse con endeudamiento, cuyas tasas de interés resultarían tanto más positivas y reales, cuanto mayor su magnitud y la baja de los costos de reposición, así como la demora en adecuar los inventarios, especialmente cuando incluyan bienes con mayor riesgo de obsolescencia tecnológica y/o modal.
En síntesis, situaciones como las actuales y las futuras predecibles, obligan a actitudes y comportamientos preventivos, encaminados a reducir riesgos y los costos, así como a conservar la mayor fortaleza competitiva, que nos permita aprovechar las oportunidades de posicionamiento, consolidación y rentabilidad, cuando se reanude la fase cíclica expansiva.