Después de tantos reveses, para los Lemo finalmente apareció la señal de rescate y alivio. Tanto esfuerzo y tanta lucha derivaron en desahogo y en un emotivo reencuentro con la esperanza. Es que en las primeras horas de la mañana de ayer, autoridades provinciales le confirmaron a Francisco y a su familia que apareció la solución tan esperada: tendrán una nueva casa. Y entre tanta sombra empezó a centellear una luz de sosiego.
De esta manera, este gigante de 9 años, podrá dejar hoy el Hospital de Niños Zona Norte, luego de un mes de estar internado por las secuelas de una balacera en la que quedó envuelto, en la zona de Cavia al 1300, donde vivía. Pero no podía regresar porque su vivienda familiar fue desvalijada mientras se encontraba en el centro de salud, protagonizando una milagrosa recuperación.
Así, con la determinación de la familia y la asistencia del Ministerio de Desarrollo Social de Santa Fe, le torció el brazo a persistentes adversidades, que parecían insensiblemente encaprichadas contra los suyos.
El caso conmocionó a toda la sociedad rosarina y en estos últimos días también tuvo cobertura de las señales televisivas nacionales como La Nación+ y Crónica.
“Cuando Francisco se enteró hoy (por ayer) a la mañana, fue un gran desborde de alegría para todos”, contó Camilo Scaglia, director provincial de Desarrollo Territorial. “Lo importante es que se encontró una solución concreta a través de un abordaje integral de muchos días, de mucha articulación. Estas cuestiones no son sencillas, y por suerte lo pudimos hacer”.
El funcionario destacó que “es un logro colectivo junto al área de la Asistencia a la Víctima de la provincia, y la permanente coordinación con el Hospital de Niños Zona Norte”.
En los últimos días recorrieron junto a la madre del chico varias posibles alternativas. “Fuimos destrabando gestiones junto a Vivienda de la provincia, y logramos un comodato de una casa en zona norte. Hubo acompañamiento social y económico para la familia, para que pueda recuperar un lugar donde vivir”, remarcó Scaglia.
Y precisó: “Esta mañana (por ayer), a primera hora, Daniela vio la casa y le gustó. Así que en horas de la tarde la facilitamos un flete que empezó a llevar sus pertenencias. Muy probablemente, mañana (por hoy) se trasladen. La idea es que todo esté listo para cuando Francisco salga del hospital”.
Durante la jornada de ayer, los médicos le realizaron los últimos chequeos, para darle la autorización formal a Francisco. “Es que todavía está en cuidados específicos, y debe seguir siendo supervisado”, puntualizó el funcionario.
“Esta vivienda cumple con los requisitos que necesita esta familia para encarar esta etapa de recuperación de Francisco. La mamá está muy contenta, y lo importante es que la familia podrá rehacer su vida ahí”, resaltó.
Y describió: “Es una vivienda en zona norte, cerca del club El Torito. Tiene patio y parrillero, un living y baño cómodos para todos. Por su disposición no hará falta que Francisco suba las escaleras. Es cómoda para Daniela y sus tres hijos. Y, además uno de los varones juega en El Torito, de donde salió Di María”.
Sobre la reacción de Francisco al enterarse de la maravillosa noticia, Scaglia contó que “estuve con él a la mañana y lo vi muy contento, muy feliz. Dejó la silla de rueda y empezó a usar muletas. Se paró, y empezó a caminar un poco. Está de muy buen ánimo y eso ayuda mucho”.
Este referente del Ministerio de Desarrollo Social de Santa Fe también elogió “la actuación de los profesionales del hospital, la insistencia de la madre y la emoción de Francisco”. Y subrayó: “Acá se ve la importancia del Estado presente, que permite realizar estas articulaciones y otorgar soluciones concretas a este tipo de problemas”.
Un calvario
Vale recordar que el calvario de Francisco y su familia se inició el pasado 24 de agosto. Poco antes de las 22, en la zona de Cavia al 1300, quedó envuelto en una balacera cuando volvía de realizar mandados junto a su madre Daniela y su hermana Eluney, de 5. El pequeño venía en bicicleta, unos metros atrás, y su suerte comenzó a desplomarse cuando tres personas pasaron en moto y dispararon una ráfaga de balas.
Un balazo le dio en el tobillo derecho y otro en la cintura, y por la gravedad de las heridas fue trasladado con urgencia al Hospital de Niños Zona Norte, donde fue evolucionando de manera constante y todavía se encuentra en zona de cuidados.
El robo en la casa familiar fue otro durísimo mazazo a la entereza y el empuje que demostró esta familia frente a esta seguidilla de contrariedades. Finalmente, tanto tormento tuvo premio.