Seis hombres fueron imputados por el asesinato de Nelson Gabriel Saravia, un ex jefe de la barra brava de Newell's asesinado en octubre del año pasado por un grupo de cuatro hombres que irrumpió en su casa a las patadas y lo acribilló cuando estaba en su cama. Entre las principales evidencias contra ellos el fiscal de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos Matías Edery exhibió algo que se puede considerar inédito: imágenes de cómo el grupo se reunió horas antes de perpetrar el ataque y minutos después, cuando volvieron a juntarse en la casa de uno de los imputados, donde todo quedó registrado por el sistema de cámaras de vigilancia que tenía montado en su casa. Entre los acusados, que quedaron en prisión preventiva por dos meses hasta que vuelvan a discutirse las medidas cautelares, está Alejandro Nicolás Ficadenti, conocido como “Rengo Fica” y apuntado como jefe de una de las facciones que se disputan la gerencia general del paraavalanchas que según los investigadores es manejado desde la cárcel por Ariel “Guille” Cantero.
Además de Ficadenti, también fueron imputados como coautores de homicidio calificado por ser cometido con el concurso premeditado de dos o más personas Salvador A., Brian Alexis D., Juan Manuel A., Kevin Nahuel J. y Jonatan Ezequiel B. Para este último la jueza Silvia Castelli dispuso que se conforme una junta médica para determinar si comprende la criminalidad de sus actos y está apto para participar de un proceso penal.
Autofilmados
El fiscal imputó a los sospechosos de haber formado parte de un grupo de unas veinte personas que pasada la medianoche del 23 de octubre de 2021 se reunieron en una casa de Garibaldi al 3300 para planear el ataque. Esa es la casa de Guillermo “Chupa” Sosa, también apodado “Ojitos”, un barra de Newell's que hace un mes ya fue imputado por el mismo crimen. En ese lugar, donde un sistema de cámaras de vigilancia registró la secuencia sobre la cual los investigadores basaron la acusación e identificaron a los sospechosos, Sosa y Ficadenti organizaron la logística del ataque, la preparación de los autos, repartieron las armas y designaron los roles de cada miembro del grupo.
Casi una hora más tarde salió un grupo a bordo de al menos dos autos, uno de ellos un Peugeot 308, y se dirigieron a la casa de Saravia en San Nicolás al 3700. Luego de estacionar en las inmediaciones, al menos cuatro hombres bajaron de los vehículos y rompieron de una patada la puerta de la vivienda donde presumían que estaba la víctima.
Una vez en el interior, primero se toparon con la pareja de Saravia y le preguntaron dónde estaba su marido. La mujer no les contestó, entonces los asesinos fueron directamente al dormitorio donde estaba el Chivo y lo asesinaron a tiros. Acto seguido, volvieron a la casa de Sosa, a dejar las armas y cambiarse de ropa.
Las imágenes que registraron ese momento de cierta excitación mostraron cómo los homicidas les relataban a los que se habían quedado en la casa los pormenores del ataque. Si bien el material fílmico no tiene audio, para los pesquisas son evidentes los ademanes que realizan para mostrar cómo patearon la puerta, cómo dispararon, qué hizo Saravia antes de ser ejecutado e incluso uno parece mostrar que cuando irrumpieron en la casa la pareja de la víctima se estaba secando el pelo.
Roles
Respecto de las imputaciones a cada uno, Salvador A. fue sindicado como uno de los encargados de “organizar y dar directivas al resto de las personas, distribuyó armas que tenía en una mochila”, estuvo entre quienes se dirigió a la casa de Saravia y fue quien abrió la puerta de una patada. A Brian Alexis D. fue captado mientras se cambiaba la ropa antes de ir a concretar el ataque, fue sindicado entre los homicidas y luego regresó a la casa de Sosa donde volvió a cambiarse la ropa.
Juan Manuel A. fue sindicado como quien cargó combustible a los vehículos y también estuvo entre quienes fueron a la casa del Chivo. Las imágenes lo muestran comunicando al resto lo sucedido ese día. Kevin Nahuel J. también participó del ataque, pero además se encargó de buscar combustible para los vehículos.
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Por su parte Jonatan B. estuvo entre quienes fueron armados al domicilio de Saravia y quedó registrado al regresar, con la misma arma en su poder. Y el Rengo Fica, a quien sindican como uno de los últimos líderes de la barra junto con Sosa, fue acusado como organizador.
Si bien hay otras hipótesis que relacionan el crimen de Saravia con cuestiones ajenas a la hinchada, en la investigación se remarca que el homicidio fue cometido en el marco de la sucesión de la barra brava de Newell's Old Boys, de la cual “todos los imputados forman parte”. Especialmente Ficadenti y Sosa, “con una directa por ser líderes de una de las facciones”.