La precariedad laboral es cada vez mayor. Hay trabajo en negro, trabajo en gris (trabajás 8 horas, pero en realidad en tu recibo de sueldo dice 6 o 4 horas), el trabajo temporario. Todo eso me angustia. Hay mucha gente que no está registrada, es decir no tiene obra social, aportes jubilatorios y demás. Actividades como la construcción, la gastronomía, los servicios de cadetería, empleados de comercio tienen una gran incidencia en el trabajo no registrado. Frente a esto, los que tienen que controlar miran para otro lado, tal vez sepan a qué lugares no deberán asistir nunca. El gran problema estará en un futuro, cuando sea el momento de percibir los haberes jubilatorios, luego de varios años de trabajo. Pero, claro, como en mi país importa poco el destino de los demás, muchos no se preocupan por este asunto. Y máxime si un sector poblacional cuenta con un patrimonio que le asegura un presente y un porvenir sin dificultades monetarias, incluso para sus hijos. En la Argentina casi no existe el control de las autoridades competentes sobre aquello que se hace al revés de lo que indican las leyes. Cuando algo es obligatorio, muy pocos lo acatan como tal. Hay una enorme cantidad de ejemplos para dar en este sentido. La desobediencia es una constante porque carece de la vigilancia para que se cumplan ciertas normas establecidas. Respecto al empleo en negro, explotación a los trabajadores, incumplimiento de aportes sociales sucede lo mismo. ¿Alguien se preguntó por qué sigue habiendo precarización laboral? Pues, porque no hay rigurosidad hacia los empleadores, no se les exige cumplimiento de las leyes vigentes. Esto es así.
