Washington. — La Corte Suprema de EEUU le dio ayer un fuerte espaldarazo al presidente Barack Obama al declarar constitucional la reforma sanitaria que constituye la principal política de su mandato y una de sus máximas armas de cara a las elecciones de noviembre. Las reacciones no se hicieron esperar y, mientras un visiblemente aliviado Obama proclamaba desde la Casa Blanca el fallo judicial como una "victoria para todos" y pedía superar la "batalla política" que ha dividido profundamente al país en los últimos años, la oposición republicana tomaba el camino exactamente opuesto y prometía mantener su plan de "revocar" la reforma sanitaria pese a la sanción del máximo tribunal del país.
Mandato individual. La clave de la decisión emitida ayer por los nueve jueces de la Corte es su validación por cinco votos a favor y cuatro en contra del controvertido "mandato individual", la cláusula —y punto central de la reforma— que obliga a los estadounidenses a adquirir, a partir de 2014, algún seguro médico (cobertura), so pena de hacer pagar una multa a quien no cumpla con ello.
El objetivo de Obama es lograr que los alrededor de 30 millones de estadounidenses que actualmente carecen de cobertura médica puedan contar con algún tipo de seguro, pero la oposición lo rechaza por considerarlo una injerencia en las libertades individuales, más allá del alto costo que asegura provocará la reforma. Aunque Obama había reiterado una y otra vez que la penalización prevista en la cláusula era una especie de multa y no un impuesto, la decisión de los jueces de considerar que el "mandato individual" es "constitucional" se basa precisamente en que interpretaron este pago como un impuesto. Algo a lo que la oposición republicana, para la que el fallo judicial supone un fuerte golpe, se aferró para criticar una vez más la reforma sanitaria que despectivamente llama "Obamacare".
El virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, aseguró también que hará en el primer día de mandato en caso de ganar en noviembre. "Lo que la Corte no hizo en su último día de sesión yo lo haré en mi primer día si soy elegido presidente: actuaré para revocar la «Obamacare»", dijo Romney, quien afirmó que la norma, constitucional o no, "era una mala política ayer y lo es hoy, era una mala ley ayer y lo es hoy".
Romney compareció ante los medios apenas unos minutos antes de que lo hiciera el propio Obama, para quien la Corte le proporcionó ayer un segundo espaldarazo en menos de una semana, después de que el lunes le diera parcialmente la razón al ratificar, en su sentencia sobre la controvertida ley SB1070 de Arizona, que el control de la inmigración es jurisdicción del gobierno federal. "Más allá de la posición política, el fallo judicial constituye una victoria para los ciudadanos de todo el país cuyas vidas serán más seguras gracias a esta ley", dijo Obama.
"Batalla política". El mandatario se dio dos horas de tiempo para reaccionar —serio, pero visiblemente relajado— al fallo de la Corte que refrenda su medida estrella cuando quedan poco más de cuatro meses hasta los comicios en los que aspira a ser reelegido. Pese a ello, aseguró que el debate en torno a su reforma sanitaria no debería verse reducido a interpretaciones "políticas" y llamó a superar la dura "batalla" que está en marcha con la oposición republicana desde antes de la aprobación de la ley en 2010.
En vista de los dichos de los republicanos, que anunciaron que volverán a votar en la Cámara de Representantes (Diputados) que controlan para revocar la reforma sanitaria en la semana del 9 de julio, la normativa sin embargo promete seguir estando en lo más alto del debate político de EEUU de cara a las elecciones de noviembre.
Una muestra de las pasiones que ha desatado esta disputa política es el hecho de que más de un millar de personas que se congregaron ante la Corte Suprema, en Washington, para aguardar la decisión sobre una política que afectará profundamente tanto a sus defensores como a sus también numerosos detractores.