Con la llamada "onda de crecida", Defensa Civil extremó las precauciones en torno al aumento del caudal del Paraná. Es que en sólo 48 horas se produjo una subida de 12 centímetros. En efecto, del miércoles al viernes las aguas crecieron en función del aluvión que va pasando por distintos puertos y ahora sigue su curso hacia el sur. Se espera que, a partir de este momento, el río se mantenga estacionario, aunque los pronósticos de lluvias para las próximas semanas no son alentadores.
Este direccionamiento del flujo hídrico del Paraná provine desde el norte. De hecho, la situación ya pasó por la capital de la provincia hace algunos días. El panorama había sido adelantado semanas atrás por el Instituto Nacional del Agua (INA), que indicó que la propagación de la onda de crecida del río Paraná en territorio argentino sostenía niveles por encima de la franja de aguas normales para esta época del año. No obstante, autoridades provinciales explicaron que los ríos cuenca arriba estaban bajando, con lo cual esta ola que ingresó a la provincia seguiría la misma tendencia.
La medición de ayer del Paraná en la costa rosarina indicó una altura de 5,43 metros, aunque se especulaba que en los próximas días habrá una tendencia a estacionarse.
El subdirector de Defensa Civil de la Municipalidad, Gonzalo Ratner, explicó a La Capital que a partir de este momento la situación dependerá "de las lluvias". En este sentido, hizo referencia al "pronóstico a mediano plazo en cuanto a precipitaciones".
Así, insistió con las anuncios que en los últimos días se vienen dando oficialmente: los cursos de aguas crecerán para fines de este mes e incluso durante febrero. De hecho, el INA dio a conocer que "el Paraná seguirá muy alto hasta llegar a 6,90 metros hacia finales del mes próximo", según indicó el funcionario, aunque poniendo paños fríos al estimar que el fenómeno del El Niño ya marcaba esta situación sobre gran parte de la región pampeana del país.
Acciones. Mientras tanto, las autoridades municipales siguen el monitoreo en la zona más comprometida de la ciudad: El Mangrullo. Desde hace varias semanas, el equipo de trabajo y asistencia está instalado allí tomando como referencia el centro de salud. En el lugar se vienen reforzando las defensas y, en particular, eso fue lo que se hizo básicamente a partir de la llegada de la onda de crecida.
Las alrededor de 30 familias atendidas reciben ayuda desde áreas de desarrollo Social, salud, higiene ambiental y, obviamente, desde la Dirección de Defensa Civil.
Estos habitantes más vulnerables conforman un asentamiento irregular con casas de chapa y, en algunos casos, de material, pero carentes de servicios básicos. Son familias con chicos, aunque no numerosos y, en casi todos los casos, sus vidas están directamente relacionadas con el río.
Se trata específicamente de la zona conocida como brazo seco del arroyo Saladillo, espacio así mencionado porque tiene poco caudal de agua, pero, en épocas de creciente, suele subir en forma desmesurada.
Justamente, por el efecto de la onda de crecida que se instaló en el su provincial, las autoridades santafesinas se ubicaron con el comité de seguimiento de las crecidas en el nodo sur y se sumaron a las tareas del municipio.
Ambos estados aguardan ahora más efectos de una creciente sostenida, aunque, se estima, en adelante, de menor intensidad.