El Papa Benedicto XVI llamó ayer en Praga a los checos a redescubrir sus raíces cristianas y pidió que se proteja a la familia y a los niños, al inicio de su primera visita a la República Checa.

El Papa Benedicto XVI llamó ayer en Praga a los checos a redescubrir sus raíces cristianas y pidió que se proteja a la familia y a los niños, al inicio de su primera visita a la República Checa.
Benedicto XVI aterrizó en el aeropuerto de Praga, donde fue recibido por el presidente checo, Vaclav Klaus, su esposa, y el arzobispo de Praga, Miloslav Vlk.
En un breve discurso en inglés, el pontífice recordó la Revolución de Terciopelo y la caída del Muro de Berlín hace 20 años, que calificó de "momento crucial en la historia mundial", gracias al cual los países de Europa del Este pudieron "ocupar su lugar como actores soberanos en el concierto de las naciones".
"Europa es más que un continente. ¡Es un hogar!", agregó al elogiar la reunificación europea tras 1989.
"Ahora que se restauró la libertad religiosa, llamo a todos los ciudadanos checos a redescubrir las tradiciones cristianas que conformaron su cultura", dijo Benedicto, quien también saludó en checo a los representantes de la Iglesia, la sociedad y la política del país.
"No se puede subestimar el coste de 40 años de represión política", añadió y rindió homenaje a los clérigos que fueron perseguidos bajo el régimen comunista.
"Para los cristianos la verdad tiene un nombre: Dios. Y la bondad un rostro: Jesucristo", dijo.
El Pontífice visitó también la iglesia de Santa María de la Victoria, donde se encuentra el Niño Jesús de Praga, una figura de cera del siglo XVII venerada internacionalmente. El Papa la obsequió con una corona de oro.
En la tarde de ayer celebró una homilía en la catedral de San Vito, la más admirada del país y el objeto de una batalla legal de dos décadas entre la Iglesia Católica y el Estado checo.
Allí llamó a "un renovado esfuerzo en la Iglesia para fortalecer los valores espirituales y morales en la sociedad actual".
El portavoz del Vaticano Federico Lombardi explicó que la visita de tres días tiene el objetivo central de impulsar la Iglesia checa, un país donde la mayoría de la población se declara atea y apenas una tercera parte de los 10,5 millones de habitantes se consideran católicos.
Temas políticos controvertidos como la devolución de propiedades de la Iglesia no se tratarán en esta visita. l (DPA)