El premio Nobel de medicina 2013 fue concedido a James Rothman, Randy Schekman y Thomas Südhof "por sus descubrimientos de la maquinaria que regula el transporte vesicular, el principal sistema de transporte" en las células eucariotas, informó ayer el instituto Karolinska en Estocolmo.
De esta manera, quedó "resuelto el misterio de cómo las células organizan su sistema de transporte", indicó el instituto.
Südhof, de 57 años, nacido en Alemania y ciudadano estadounidense, junto con los estadounidenses Rothman, de 62 años, y Schekman, de 64, trabajaron independientemente uno del otro y descubrieron así importantes mecanismos de transporte en las células, cuyas fallas constituyen la base para la aparición de la diabetes, el tétanos, problemas neurológicos degenerativos y otras enfermedades, explicó el instituto Karolinska.
En las células, las sustancias son almacenadas y transportadas en general en diminutos sacos de grasa, denominados vesículas. Las investigaciones de los galardonados revelaron los principios que gobiernan la manera en que las moléculas son transportadas en la célula y llevadas al lugar correcto en el momento justo.
"Randy Schekman descubrió un grupo de genes que son necesarios para el transporte vesicular. James Rothman descifró la maquinaria que permite a las vesículas fusionarse con sus objetivos para permitir el transporte de la carga. Thomas Südhof reveló cómo las señales instruyen a las vesículas para liberar su carga con precisión", al estudiar las neuronas en el cerebro, se precisó.
"Sin esta precisa organización maravillosa, la células quedarían sumida en un caos", indicó el Comité Nobel. "Un sistema de transporte vesicular defectuoso está presente en una serie de enfermedades", explicó la presidenta del comité, Juleen Zierath.
El sistema de transporte tiene un papel clave en la transmisión nerviosa, en el sistema hormonal, así como en las enfermedades inmunes.
"Cuando pensamos, se liberan sustancias (en el cerebro) de una neurona a otra", indicó el miembro del Comité Nobel Jan Andersson. "Südhof descubrió cómo se controla la secreción, es decir, cómo se pueden controlar pensamientos y movimientos".
Fue Schekman quien en 1970 comenzó a estudiar el sistema de transporte celular usando como modelo la levadura. A través del rastreo genético identificó las células de la levadura con un sistema de transporte defectuoso y averiguó que todo se debía a una cuestión genética, luego descubrió tres clases de genes que controlan distintos aspectos de esta estructura.
Cuando investigaba una década después el transporte vesicular en células de mamíferos, Rothman averiguó que un complejo de proteínas permite a las vesículas acoplarse y fusionarse con las membranas y que ese principio rige también dentro de las células.
Más tarde se reveló que varios de los genes hallados por Schekman en la levadura eran codificados por proteínas identificadas en mamíferos por Rothman, lo que permitió cartografiar componentes esenciales del sistema de transporte celular.
Südhof estaba interesado en saber cómo las células nerviosas se podían comunicar entre sí con precisión en el cerebro y decidió rastrear proteínas sensitivas al calcio en ellas. Esto le permitió identificar una maquinaria molecular que responde a un influjo de iones de calcio y conduce a las proteínas vecinas a unir las vesículas a la membrana exterior de la célula nerviosa, demostrando cómo es posible tal precisión en el transporte y cómo el contenido de las vesículas puede ser liberado.
El galardón está dotado con 8 millones de coronas suecas (unos 1,2 millón de dólares/920.000 euros), que serán repartido por igual entre los tres científicos.
Hoy se dará a conocer a los ganadores del premio Nobel de física y mañana a los de química.
Los ecos del Nobel en Rosario
Thomas Südhof trabajó durante muchos años en el instituto Max Planck de biofísica química. La Universidad Nacional de Rosario tiene un doctorado con esa universidad y centrado en esas disciplinas. Es más, varios de discípulos directos de Südhof son profesores del doctorado internacional conjunto con la UNR, como el profesor Nils Brose. Además, pasado mañana, la Sociedad Max Planck inaugurará en Rosario un instituto para desarrollar fármacos contra el mal de Alzheimer.