Los humanos asistimos a otra farsa de los yanquis. Una nueva invasión, ahora han desembarcado en Haití. Como siempre, antes de sus maldades moldean una opinión pública; y encuentran una prensa cobarde y obsecuente que toma su "historia oficial". Muestran una sociedad haitiana carente de conducta, que sólo quiere robar a sus semejantes. Entonces debe recurrirse una vez más a los "gendarmes de la humanidad"; y sin mediar consulta alguna al país deciden ejecutar un ensayo de invasión, disfrazado de ayuda humanitaria. En lugar de médicos y enfermeros envían soldados armados. Obama -premio Nobel de la guerra- debería tener vergüenza de mostrarse como preocupado benefactor, cuando la historia indica que este pequeño país ha sido saqueado y ultrajado tanto por yanquis como franceses. Los primeros invadiendo por décadas, poniendo y sacando gobernantes a su antojo, destruyendo su economía, y los europeos cobrando compensación por la independencia haitiana. El fenómeno natural puso al descubierto una cruel realidad, que antes los organismos del poder no tenían interés en mostrar. Sólo algunos países, como el nuestro, han estado ayudando antes de la catástrofe.