“Cadáver exquisito”, de Lucía Vassallo y con el protagónico de Sofía Gala, corrió el riesgo de quedar en la nada, pero hoy puede contar que ese “milagro” cuenta con ventas en Europa y estreno en cines el jueves último en Argentina.
El personaje de Sofía Gala inicia un viaje peligroso tras descubrir el mundo secreto de su novia.
Un experimento científico detona un universo desconocido.
Sofía Gala y Rafael Spregelburd.
“Cadáver exquisito”, de Lucía Vassallo y con el protagónico de Sofía Gala, corrió el riesgo de quedar en la nada, pero hoy puede contar que ese “milagro” cuenta con ventas en Europa y estreno en cines el jueves último en Argentina.
“Honestamente, hicimos milagros. Hay que rescatar el riesgo y el compromiso de Pensilvania, la productora. Yo me presenté al Opera Prima del Incaa y lo gané. Me puse contenta, pero cuando entendí con cuánta plata tenía que hacer la película, quise devolver el premio porque nos íbamos a comprometer financieramente”, reconoce Vassallo.
La película cuenta la historia de Clara (Gala). Mientras su novia se encuentra en el hospital en estado de coma tras encontrarla flotando en la bañera sin signos vitales, la mujer emprende un camino de transformación física y psicológica, con el objetivo de poseerla de alguna forma. El film nace del riñón más íntimo de la realizadora de los documentales “Línea 137” y “La cárcel del fin del mundo”, con base en la relación con su madre.
Sin embargo, en el guión está muy bien escondido para retratar la mímesis de una mujer (Gala) con respecto a su pareja (Blanca Nieves Villalba), quien se encuentra en estado vegetativo por seguir adelante una investigación científica.
“Yo creo que una de las relaciones más complejas del mundo son las de madre e hija. Mi madre es una persona muy compleja y al empezar a perderla, me fui a su departamento y descubrí a una madre que no conocía. Ahí está la génesis. Después, lo que tiene la ficción es que lo podés llevar para el lado que quieras. Por más íntima que sea la relación con tu hijo o pareja hay algo que no conocés y está bueno. Pero cuando ya accedés a cosas como el diario íntimo o las redes sociales ves cosas que no querías ver y empezás a construir a una persona que no conocías realmente”, comenta.
A su vez, sobre la concreción del proyecto, explicó: “Desde Pensilvania me dijeron que íbamos a tener que reescribir el guión (acortarlo). Estoy agradecida porque de esa manera pudimos hacer la película. Es un milagro que estemos estrenando. Tuvimos suerte por haberla vendido al exterior primero a través de un agente inglés. Gracias a eso pudimos estrenar acá y recuperar las deudas”.
¿Cómo fue el paso del documental a la ficción?
Si bien vengo del documental y siempre trabajé en cámara, este guión siempre lo imaginé como una ficción. A mí, igual, me gusta mucho hablar de las películas, no tanto del documental y de la ficción. Creo que lo más complejo de la ficción es la financiación. En cambio, el documental lo podés llevar de otra manera.
Hay un juego entre los blancos en la imagen y en los nombres de los personajes: Blanca y Clara.
La mímesis, la posesión y el vampirismo siempre fueron los ejes, con películas de personaje como “Psicosis”, “El inquilino”, de (Roman) Polanski... como ejemplos. A nivel visual, soy directora de fotografía y trabajé mucho las referencias visuales con el director de fotografía y la directora de arte. Esas dos partes de la película tienen que ir muy unidas y fue un riesgo el blanco sobre blanco.
La película tiene muchas escenas de sexo, ¿cómo fue filmarlas con Nieves, que no es actriz profesional y era su debut?
Yo les tenía miedo, pero fueron las escenas más sencillas de hacer. Primero porque meses antes de filmar y llegar al set trabajamos mucho el vínculo entre Sofía y Nieves. Sofía, además, es muy generosa, Tiene mucha experiencia y ayuda mucho. A Nieves la coucheamos porque no era actriz. Como ella se lleva muy bien con lo sensorial, esas escenas le costaron mucho menos por la confianza que genera Sofía y un set con 80 por ciento de mujeres. Las hicimos una o dos veces y quedaron. Sin embargo, las escenas con más diálogos costaron un poco más. Nieves es un ser muy especial. Ya en al casting llegó con el guión leído, hicimos un par de escenas y me la jugué por ella. La verdad, es que me sorprendió mucho. Tomó clases de danzas butoh y fuimos a la Facultad de Ciencias a aprender cómo se trabajan con determinados elementos científicos.
La película también habla de maneras diferentes de sentir el amor.
En realidad, creo que habla del deseo. Me lo hizo ver Rafael Spregelburd. Me dijo que muy poca gente trabaja el deseo, y menos las mujeres. Creo que esta peli habla sobre la construcción de la personalidad y las relaciones a través del deseo. Lo que te moviliza para levantarte todos los días es el deseo.
¿Volvés al documental o seguís en la ficción?
Estoy desarrollando un documental sobre mujeres y disidencias que hacen cine en Argentina, y una ficción, con el puntapié inicial en un hecho verídico, que seguramente se filme en España por la situación que vivimos acá.
¿Cómo salió la posibilidad de filmar allá?
Yo viví en Barcelona durante diez años e hice un documental con Meritxell Colell. En el festival de Málaga conocí a una productora a la que le gustó mucho el guión. La productora argentina es Crudo Films, pero parece que la película va a ser española con apoyo argentino, al revés de lo que iba a ser al comienzo. El elenco y equipo técnico va a depender de eso.