Un hecho policial inusual alteró la calma del feriado de ayer en la capital santafesina: cinco jóvenes coparon un destacamento de la Policía Comunitaria, redujeron sin dificultad al personal y luego de robar armas, chalecos antibalas, equipos de comunicación, celulares y dinero se dieron a la fuga, al parecer a pie. Cuatro de ellos fueron detenidos a las pocas horas y se seguía el rastro del restante.
El asalto causó profunda inquietud en las autoridades. En primer término demostró que se puede copar una comisaría con absoluta facilidad y, del mismo modo, reducir a sus ocupantes. En segundo lugar, se tuvo conocimiento de lo que pasó a raíz de la denuncia de un vecino que llamó a la policía al ver a un joven corriendo por la calle con un arma. Los detenidos se domiciliaban cerca del lugar atacado, que es una de las zonas más pobladas de la ciudad. Sin esa denuncia telefónica se habría demorado hasta el cambio de guardia en saber que dentro del container acondicionado como oficina en el que funciona la policía comunitaria del lugar había seis agentes —tres mujeres y tres hombres de entre 23 y 28 años— esposados luego de haber sido asaltados.
"Felizmente no hay que lamentar ningún herido" dijo anoche a este diario Alexis Kiener, subjefe de la Región 3 del Nodo Santa Fe. "Lo primero que hicieron los delincuentes —reconstruyó Kiener— fue quitarle las esposas al personal policial e inmovilizarlo con ellas. Una vez reducidos de ese modo los uniformados les quitaron sus armas, celulares, dinero y, además, se llevaron cuatro chalecos antibalas nuevos y cuatro handies también nuevos".
Todo indica que los jóvenes que cometieron el asalto huyeron a pie. Fue en tal situación que un vecino al ver pasar a uno de ellos corriendo con un arma en la mano, dio el alerta a la policía, lo que permitió conocer rápidamente lo acontecido.
Este dato se ve ratificado porque los detenidos fueron encontrados a tres cuadras del destacamento asaltado durante uno de los rápidos operativos cerrojo que la policía puso en marcha con gran cantidad de efectivos. Hasta entonces no se sabía si el hecho tenía connotaciones que pudieran leerse más allá de lo estrictamente delictual.
Ocurrió en barrio Triángulo en la tarde de este domingo. El agresor alcanzó a herir con un cuchillo a uno de los uniformados
Por Juan Iturrez