Antonio Bonfatti celebró ayer "el cambio de posición" del gobierno nacional que permitirá el regreso de Gendarmería a la ciudad. Y ya pensó en una tarea a encargarle: "Sería muy importante que las fuerzas federales controlen los accesos a Rosario, que son todas rutas nacionales", indicó. El gobernador se comprometió a articular políticas de seguridad como exigió el kirchnerismo para que retornen los gendarmes, aclaró que "siempre, desde el primer día" reclamó esa presencia y le restó valor a las interpretaciones políticas: "No me preocupan las especulaciones electorales, me preocupa que le demos tranquilidad a la gente".
El jefe de la Casa Gris contó que en la jornada de ayer tenía previsto reunirse en Buenos Aires con el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, para acordar los detalles del desembarco de los gendarmes a la ciudad.
"Tuve contactos con Berni el martes y el miércoles. Quedamos en encontrarnos hoy (por ayer) en Buenos Aires porque yo tenía actividades allá, pero todo este revuelo que hubo por el clásico lo mantuvo ocupado, la fuimos postergando. Pasaron las horas, él tuvo que ir a una Fiscalía y quedamos en conversar el fin de semana para agendar una nueva reunión", relató.
Bonfatti anticipó que, de concretarse el retorno de las fuerzas federales a la ciudad, "la policía podrá hacer otras tareas y fundamentalmente Gendarmería podrá controlar los accesos a Rosario, que son rutas nacionales y sería muy importante esa presencia".
Desde la Casa Rosada pusieron dos condiciones para que se concrete el refuerzo de gendarmes para Rosario: que haya un pedido explícito del gobernador a la Nación, y que exista complementariedad en la acción contra el delito y la policía provincial no se retire de las zonas más inseguras.
Al respecto, Bonfatti remarcó a La Capital: "Pedidos míos sobre el tema hubo siempre, desde el primer día. Jamás he dejado de plantear la necesidad de tener fuerzas federales en la provincia. Tengo todas las comunicaciones con el jefe de Gabinete. Lo de la complementariedad es en realidad lo que exigimos nosotros, que haya articulación de políticas entre Nación, provincia y municipio".
Consultado sobre otra exigencia nacional, que por cada gendarme haya dos policías en los operativos, el mandatario sostuvo: "Seguro que sí, pero hay que sentarse en una mesa y actuar con inteligencia. Nosotros estamos actuando con cuadrículas, con 600 policías de Acción Táctica, 430 policías comunitarios, 150 de la Guardia Rural, más Infantería y todas las áreas".
Luego, el gobernador agregó: "Desde la provincia está la mejor voluntad, recuerden cuando yo reclamaba por las fuerzas federales en soledad ante la ministra (de Seguridad, Nilda) Garré y nadie me escuchaba. Finalmente vino Gendarmería, iba a ser por dos o tres meses y se quedó diez meses".
"Siempre hubo contactos —continuó—para que se concrete el refuerzo. En el verano estaba el tema de la costa que uno lo entiende con millones de turistas que había que cuidar. Pero Santa Fe también amerita la presencia de fuerzas federales".
El mandatario santafesino admitió que notó "voluntad del Gobierno nacional" para que se concrete el retorno de los gendarmes. Pero, aclaró, "todavía falta, hay que sentarse en una mesa con un plano de la ciudad a definir estrategias y operativos".
El titular del ejecutivo santafesino no dudó en "celebrar esta nueva posición de la Nación, que en realidad es la necesidad que teníamos desde el primer día".
Respecto a posibles lecturas políticas que ya están haciendo dirigentes de la oposición sobre las razones e intenciones de la asistencia federal, aseveró: "A mi no me preocupa las especulaciones electorales, me preocupa que le demos tranquilidad a la gente. Que después cada cual haga la especulación que quiera".