En esta “década ganada” en la que se ha fabricado gente carenciada de una manera exponencial, incluso siendo ellos mismos los más afectados por esta humillante política asistencialista, me pregunto por qué nadie quiere ver o hablar de la verdad. Estamos inmersos en la falaz idea de que crecemos como país por traer más niños pobres al mundo sin las debidas mallas de contención, salud, educación, vivienda. ¿Por qué no hay campañas del Estado de concientización a la hora de engendrar hijos en circunstancias tan miserables? ¿Qué pasa con la Iglesia? Me parece bien su posición en contra del aborto, opino lo mismo, ¿pero no será necesario también buscar de evitar tantos embarazos de jóvenes que no estudian, no trabajan, viven en condiciones infrahumanas, sin horizontes a la vista, mientras se premia económicamente la cantidad de hijos que aportan al sistema? Es una contradicción o en todo caso una hipocresía no querer verlo, es tan reprobable como el aborto. Desearía no ver tantos niños condenados luego a la indiferencia de la sociedad, convertidos en resentidos sociales que matan y mueren todos los días por la desidia de un Estado distraído que le preocupa su propio marketing. No soy facho, ni oligarca, ni cipayo.