Nos quejamos del gobierno que tenemos, nos quejamos de la inseguridad, nos quejamos de la ley de medios, nos quejamos de la Iglesia, nos quejamos del tránsito, nos quejamos de la inflación, nos quejamos, nos quejamos y nos volvemos a quejar desde que yo tengo uso de razón, o sea hace 65 años. ¿Qué hacemos para que algo de todo lo que nos quejamos se modifique? Algunos responden que no somos nosotros los que debemos hacer algo. ¿Quiénes somos nosotros? ¿la sociedad? ¿el pueblo argentino? Vayamos al ejemplo de estos días: está dando mucho que hablar, aunque en realidad hace años que se escuchan quejas, el programa del ¡¿señor?! Marcelo Tinelli. ¿Quiénes ven este programa? Esa sería la pregunta. Por el rating que tiene parece que una gran mayoría. Sin embargo, a la hora de preguntar nadie lo ve. ¿Es que nos alimentamos con la violencia, agresividad, la falta de respeto, dignidad, honestidad?, y mejor no seguir enumerando. Un programa que se jacta en decir que es solidario, que es "bailar por un sueño": sueño de niños con capacidades diferentes, sueño de instituciones carentes de los elementos primordiales, sueños de una sociedad que no puede vivir una vida digna, sueños... ¿Y que vemos? ¡Reflexionemos! El programa donde se gritan, se insultan, se denigran; donde la juventud se regala por un minuto de fama, donde los padres entregan a sus hijas para tener un mejor pasar. Y esta es la realidad que estamos viviendo y viendo en la calle, en los hogares, en las escuelas, en el Parlamento. ¿No sería el tiempo de comenzar a construir? ¿No sería el tiempo de reflexionar que les estamos transmitiendo y mostrando por doquier a nuestros niños y adolescentes? ¿Qué pasaría si todos los que nos quejamos apagáramos la TV cuando el programa que se dice solidario pasa a tener un carácter de denigración total del ser humano?