El presidente Mauricio Macri oficializó ayer un cambio en política de defensa nacional, que incluye "colaboración" de efectivos de las tres Fuerzas Armadas en tareas de "seguridad interior" y su participación "en la custodia y protección de los objetivos estratégicos". Paralelamente, el anuncio detonó los cuestionamientos de la oposición, que reclamó debatir el tema en el Congreso (ver aparte).
En un acto realizado en Campo de Mayo junto al ministro de Defensa nacional, Oscar Aguad, el jefe del Estado afirmó que "es importante" que las fuerzas militares "puedan colaborar con la seguridad interior, principalmente brindando apoyo logístico en la zona de frontera, interviniendo frente a la prevención de eventos de carácter estratégicos".
Si bien el Ejecutivo no adelantó cuáles serán esos puntos de interés para la defensa nacional, trascendió que podrían incluir activos valiosos para el desarrollo como reservas de recursos naturales, termoeléctricas, represas y edificios del Estado de carácter sensible.
Aguad, a su turno, precisó que el Ejército actuará como "fuerza disuasiva" en los pequeños poblados de frontera para que "no haya peligro de que puedan instalarse grupos vinculados al narcotráfico y al terrorismo".
El titular de la cartera militar indicó que, con ese objetivo, se creará una "fuerza de despliegue rápido con 10 mil hombres".
En tanto, Macri dijo que también "es clave" que las Fuerzas Armadas "puedan apoyar la política exterior, contribuyendo a la integración al mundo con mayor presencia en operaciones de paz de las Naciones Unidas, promoviendo la cooperación y sosteniendo la presencia argentina en la Antártida".
"Tenemos un sistema de defensa desactualizado producto de años de desinversión", precisó el primer mandatario, que lamentó que el país continúe "con un despliegue territorial para amenazas antiguas".
Además, consideró que los integrantes de las Fuerzas Armadas "necesitan contar con salarios adecuados y un servicio de salud de calidad para ellos y sus familias".
El jefe del Estado lanzó la reforma militar en una ceremonia que contó con la presencia del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Bari del Valle Sosa, junto a los jefes de Estado Mayor del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
La medida consiste en modificar el decreto Nº 727, emitido en 2006, sobre la reglamentación de la ley de defensa, contemplando la intervención de las FFAA frente a "agresiones de origen externo" y no restringirla sólo a "amenazas estatales" externas.
También actualiza la visión del contexto internacional, ratificando el compromiso del gobierno de cooperar para fortalecer la paz y la seguridad mundial.
En cuanto al conflicto por las islas Malvinas, manifiesta que la Argentina mantiene su reclamo de soberanía y que la mejora en la relación con el Reino Unido contribuye al logro de ese objetivo, como también a la preservación y explotación de los recursos naturales de la zona.
"Sabemos que esta transformación no será fácil, pero celebro que estemos unidos para alcanzar los consensos que nos permita una política de largo plazo", afirmó el presidente, tras considerar que se trata de "el primer paso para construir las Fuerzas Armadas modernas, profesionales y equipadas que la Argentina necesita".
Macri aclaró que ese proceso de modernización "comenzará con una nueva directiva de defensa nacional, de proteger la soberanía y la integridad territorial del país", a lo que sumó "el desafío del ciberespacio" y la "seguridad de los activos".
Dijo, además, que los militares seguirán asistiendo a los argentinos actuando "frente a las catástrofes naturales" y concluyó: "Queremos saldar la deuda que tenemos con las Fuerzas Armadas de la democracia".