La producción de cemento subió 8,9 por ciento entre julio y agosto, aunque
mantiene una caída del 1,5 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. El repunte mensual
podría indicar una mejoría de la actividad de la construcción, fundamentalmente vinculada a la obra
pública.
El sector que salió casi indemne de la crisis es el de la caída de la industria
alimenticia, que aunque con aunque marcó alguna baja mensual, nunca dejó de crecer respecto del año
pasado. En el caso de los textiles, el sector recibió cierto paraguas protector por la política de
restricción de las importaciones del gobierno nacional.
Los datos que surgen del relevamiento periódico de la Unión Industrial Argentina
(UIA) son mucho más pesimistas que los del Indec. Registró en agosto una caída del 9,7 por ciento
en relación al mismo mes del año pasado. Pero coincide con las cifras oficiales en que la actividad
se mantuvo más o menos estable entre julio y agosto de este año. Las estadísticas de la central
fabril son, igualmente, menos generosas que el Indec. El crecimiento fue en ese lapso de apenas el
0,1 por ciento.
A nivel regional, la encuesta que realiza periódicamente la Federación Gremial
del Comercio e Industria de Rosario relevó una "leve recuperación en la actividad". El último
sondeo corresponde al segundo trimestre del año. Allí, el 67 por ciento de los encuestados acusaron
una reducción en sus ventas. Durante el primer trimestre del año, esa cifra era del 77 por
ciento.
Dentro del típico interrogante del vaso medio lleno o medio vacío, el economista
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Bernardo Koscoff, advierte ve un
amesetamiento de la desaceleración económica. Pero considera que "falta mucho" para que se
convierta en "una recuperación sostenida".
"El contexto internacional nos favorece, vuelve la liquidez, cae el riesgo país,
la demanda de China y Brasil está ayudando y mejoran las condiciones climáticas para la cosecha de
soja", recordó. Destacó el consumo masivo sa mantuvo durante lo peor de la crisis y el repunto del
sector automotor. En forma más lenta, también ve un piso para la construcción. Pero el punto clave,
indicó, es la inversión. "Debemos estar en 3 ó 4 puntos menos de los 22 puntos del PBI que veníamos
teniendo en los últimos años", comentó Kosacoff, al tiempo que dibujó la secuencia de salida:
"después de la caída, primero se recupera la actividad, tarda más el empleo y, todavía más, los
indicadores sociales y de bienestar".
El director de la Cepal consideró que la economía argentina necesita "que se
logre una vuelta al acceso del mercado voluntario de crédito, que mejoren las expectativas y que se
interrumpa definitivamente la dolarización de portafolios".
Ana Inés Navarro de Gimbatti, directora de la cátedra de Economía de la Facultad
de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, coincide con que la economía local muestra
algunos indicios de recuperación desde el segundo trimestre del año. Refirió el caso de la
producción de la industria automotriz, el giro positivo —aunque mesurado— en el consumo
de gas industrial y una menor caída del consumo de electricidad en la industria en general.
"Las expectativas de los consumidores muestran signos algo más favorables en el
tercer trimestre del año, sobre todo las referidas a la compra de bienes durables e inmuebles",
dijo.
Sin embargo la recuperación “aún no se observa en todos los sectores,
siendo los más estrechamente ligados a la producción agroindustrial los más atrasados al
respecto”. El lado bueno es que el fin de la sequía reanimó en parte el clima de
negocios.
Para la economista, la recuperación en los precios de los alimentos y las
perspectivas de obtener en 2010 una cosecha de soja récord movilizaría los ingresos en la región.
En la medida que se avance con el acuerdo con el FMI y el Club de París, “la abundante
liquidez internacional y la vuelta de los capitales a los países emergentes, podría resultar
favorable para Argentina en términos de tasa de interés e inversiones”.
Esa corriente apunta a despejar el frente fiscal, que hoy tiene un cuello de
botella en la necesidad de financiamiento del gobierno para el año próximo. Por lo pronto, la senda
del ajuste de tarifas comenzó a moverse, luego de varios años de inmovilidad, lo cual podría
demorar la recuperación de la demanda interna.
En síntesis, entre el tercer y cuarto trimestre del año la actividad económica
habría dejado de caer. “Pero en términos del alfabeto con que se acostumbra a caracterizar la
salida de la crisis el escenario esperable para el año próximo se asemeja más a una U alargada en
su base que a una pronunciada V”, subrayó Navarro de Gimbatti.
El economista Daniel Guida subrayó el resultado de las medidas de restricción de
las importaciones sobre distintos sectores de la industria. Y aventuró que la calma en los mercados
financieros podría agilizar las inversiones en el sector de la construcción y en la compra de
equipos. Por otra parte, la estabilidad cambiaria actuá como un motor “para que no se
produzca ahorro y el dinero vuelva al circuito”.
“Son todas pequeñas muestras de que al menos se frenó la recesión, estamos
en un punto de amesetamiento, con expectativas de que en el primer trimestre del año que viene
estaremos mejor”, dijo. La cosecha, señaló, “será mucho mejor”, lo que
“influye muchísimo” en la economía local. “Además, la industria automotriz,
contrariamente al gran shock inicial, está retomando su nivel y es probable que se vendan este año
500 mil unidades”, precisó.
Pero más allá del mejor clima financiero y la estabilización macroeconómica, la
suerte de la reactivación está atada a la demanda, que depende en mayor medida del empleo El
mercado laboral “fue el que más sufrió”, recordó Guida. La evolución de la demanda de
empleo será clave para asegurar o no la recuperación.
Las condiciones en las que se desenvolverá la actividad económica en los
próximos meses no dejan de tener impacto político. Al hablar durante las primeras jornadas de
actualización organizadas por la Fundación Campo, el diputado electo y ex ministro de Hacienda
santafesino Daniel Germano advirtió a un auditorio opositor a la administración kirchnerista que el
gobierno puede fortalecerse a la salida de la crisis.
“La liquidez está volviendo, el gobierno dio una fuerte señal de que no
iba a entrar en default y logró una importante distensión financiera”, señaló. Este desahogo,
a su juicio, no disminuirá la “tensión fiscal” derivada de una renovada puja entre la
Nación y las provincias. En ese sentido, señaló que el proyecto de presupuesto 2010 prevé una
recaudación de 43 mil millones de pesos en concepto de retenciones a la exportación. “Esto es
un 36% de lo que le queda al gobierno nacional luego de la distribución primaria del impuesto a las
ganancias”, apuntó.
El impacto en el nivel de actividad y de las finanzas públicas de una cosecha
que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) estimó en 52,5 millones de toneladas,
aun cuando bajen los precios, es importante. Así lo señaló también el diputado Pedro Morini, de la
UCR, en el mismo foro. “Si se cumplen los pronósticos más optimistas de cosecha, en abril el
Estado nacional se encontrará con 12 mil millones de dólares extra en el bolsillo”,
señaló.
La pregunta, aclaró, es “cómo se llega hasta abril”. Para la
industria de la región, la pérdida de la cosecha fina y la retracción compradora de los productores
agropecuarios significó un invierno penoso, que retardó la oportunidad de mejorar los indicadores
de demanda. Ahora, gran parte de la suerte se juega en la cosecha gruesa.
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Carlos Garrera,
reconoció el repunte en la industria automotriz, el autopartismo y la maquinaria agrícola. También
vio señales de vida en la producción de artefactos de línea blanca. Igual, reclamó “un clima
cordial que permita generar un horizonte predecible en el mediano plazo”.
“A nivel global la Argentina estará mejor el año que viene que este, en el
mundo se están dando condiciones que van a permitir la salida de los países emergentes, pero hay
que tener cuidado con esta crisis”, sostuvo Garrera.
El presidente de la central fabril santafesina indicó que hoy se puede dar
respuesta a un crecimiento de la demanda con la capacidad instalada ahora ociosa, pero advirtió que
en el futuro se necesitará inversión y, para eso, “se necesita un clima
favorable”.