La economía argentina cierra un año de dos tiempos. La mitad con Martín Guzmán, la firma del acuerdo con el FMI, el impacto de la guerra en Ucrania, y el inicio de la corrida contra la deuda en pesos. Fue un período de expansión fiscal y de la actividad. Luego estalló mal la crisis política en el oficialismo, se disparó la inflación y se sacudió el Ministerio de Economía, hasta que Sergio Massa abrió una nueva era, abrazado al programa de ajuste del Fondo y el dólar soja, abriendo una frágil tregua en el mercado cambiario y una huella borrosa pero esperanzadora de leve desaceleración inflacionaria. ¿Qué se puede esperar para 2023?. Economistas, empresarios y sindicalistas consultados por este diario hacen sus análisis. En trazos gruesos, pelea por los escasos dólares, tensión entre precios y salarios, sequía y actividad económica serán variables claves a seguir.
“El 2023 será muy complicado y habrá que explicar mucho”, afirmó la economista Julia Strada, del Centro de Economía Política (Cepa), respecto de tres temas claves como el FMI, la falta de dólares y la deuda pesos, que “son ajenos a la vida cotidiana de la gente”, aunque centrales en la definición de las condiciones de vida.
Para Fernando Luciani, gerente del Mercado Argentino de Valores (MAV), entre “los muchos desafíos que la economía argentina tiene por resolver el año próximo”, figuran tres ejes: “escasez de divisas, gasto público creciente e inflación alta”.
La economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) Santa Fe, Celina Calore, apuntó que con la designación de Massa al frente de Economía “se empezaron a ordenar un poco algunas cuestiones importantes, como los precios, a través de los acuerdos que empiezan a tener algún efecto”.
Eduardo Crespo, doctor en economía por la Universidad Federal de Rio de Janeiro, coincidió en que el ministro de Economía “evitó un colapso porque Argentina estaba perdiendo reservas de manera abrumadora” pero definió al conjunto de “medidas provisorias” que implementó como el “Plan Llegar” a las elecciones de 2023. “La idea es transitar ese período de la manera menos caótica”, opinó.
Calore, del Ceso, consideró que el 2022 cierra “con una gran deuda de parte del gobierno que es fortalecer o mejorar el poder adquisitivo”.
En eso está de acuerdo el secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Daniel Yofra. “La situación de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país está cada vez más complicada“, enfatizó. El gremio que conduce obtuvo una paritaria récord al llevar el salario inicial de un operario a $ 319 mil. Pero esta situación dista de ser la realidad general. En su punto de vista, la falta de acción de la dirigencia sindical, sobre todo de la CGT, tiene mucha responsabilidad en eso. “Quizás el año próximo se observe alguna reacción por parte de los gremios o mayor conflictividad en busca de recuperar algo de lo perdido en el salario”, sostuvo.
Sector por sector
La pérdida salarial atenta contra el nivel consumo interno. El sector comercial fue uno de los primeros en sentir el freno. El vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) y presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Ricardo Diab describió: “Ya tenemos cinco meses consecutivos de caída en el volumen de ventas”. En el acumulado de 2022, el crecimiento se achicó del 7% u 8% interanual que presentaba hasta mediados de año, al 1% actual.
“No tenemos muchas miras de mejorar porque el poder adquisitivo no va a recuperar y vamos a seguir así en los primeros meses del año próximo”, completó Diab. El secretario de Comercio Interior de Santa Fe, Juan Marcos Aviano, dijo que el primer semestre fue “más positivo que el segundo” para el sector comercial y subrayó que el amesetamiento “fue claramente producto de la inflación”. Aun así, señaló que el consumo en la provincia sigue por arriba de la media nacional.
La industria creció con vigor hasta los últimos meses del 2022 aunque luego comenzó a mostrar algunas señales de desaceleración. El presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM), Roberto Cristiá, aclaró que el panorama es heterogéneo. Pero aseguró que la actividad fabril “termina bien el año” pese a cierta ralentización que se nota en algunos rubros y las dificultades para contar con divisas para importar insumos.
La sequía que golpea al campo y también impacta al sector industrial. El presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Eduardo Borri, destacó los buenos números con los venía el sector: un 20% en cantidad de unidades vendidas y la creación de 6.000 puestos de trabajo en 2022. Pero se fue la lluvia y llegó la suba de tasas de interés. Las inversiones en maquinaria se pararon. Hoy se produce para cumplir con lo que se vendió hace seis meses, pero se vislumbra una baja en las ventas del 70% para 2023, advirtió el empresario.
Atento a esta situación, el Mercado Argentino de Valores (MAV) busca sumar nuevas herramientas al menú de instrumentos que pone a disposición para que las pymes se financien en el mercado de capitales. “Para 2023 estamos trabajando en una agenda con la Comisión Nacional de Valores (CNV) vinculada a acercar instrumentos de financiamiento de acuerdo a las empresas y a los sectores”, explicó Fernando Luciani. La idea es ofrecer, como alternativa al financiamiento convencional en pesos o en dólares, uno estructurado sobre la base de activos como “la soja, la construcción, determinados índices, que son referencia para las tasas de interés y colaterales de muchos proyectos de inversión”.
Si llueve, todo funcionará mejor. Lo tiene claro Daniel Costamagna, ministro de Producción de Santa Fe, una provincia con indicadores productivos que hasta fines del tercer trimestre del año seguían a la vanguardia a nivel nacional. “El problema climático nos pega en la línea de flotación porque llega en un momento del año en que se está definiendo la producción 2023, tanto de carne y lácteos como de soja y maíz”, dijo. Y se mostró preocupado porque “esto va a repercutir en la economía en general, en las inversiones”, dijo.
Las empresas de insumos también se alertan. “Cerramos bien el año, aunque la falta de lluvias que afecta al campo y demoró la compra de insumos”, dijo Fernando Cardello, gerente senior de Investigación y Desarrollo de Basf.
El desafío climático le vuelve a meter presión a una economía santafesina cuyo nivel de actividad se mostró resiliente a las turbulencias macroeconómicas. “Eso es importante porque la producción industrial se hizo un poco más lento el crecimiento pero no se amesetó”, enfatizó Costamagna.
La industria tecnológica fue una de las que más creció en los últimos años y el 2022 “fue muy bueno”, según el presidente del Polo Tecnológico de Rosario (PTR), Ignacio Sansoevich. Sin embargo, a nivel global el sector se sacudió sobre el final por la caída del valor de las acciones de grandes compañías globales. Sin embargo, las pymes s rosarinas son optimistas. “Venimos de un crecimiento sostenido y estamos quizás en la cima de la meseta”, dijo el titular del Polo. El vaso medio lleno, desde el punto de vista de las locales, es que habrá mayor disponibilidad de profesionales para las pymes, que son el 85% de las empresas de base tecnológica del país. “A principios de marzo vamos a tener una foto un poco más precisa del escenario que vamos a enfrentar a partir de 2023”, indicó.