El gobierno nacional recogió ayer el respaldo de los principales sectores empresariales para trabajar en conjunto en la revisión de las cadenas de valor que permita sostener el proceso de “desinflación”, y que los salarios ganen poder de compra, durante al reunión que encabezaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y los ministros del área económica.
Los funcionarios del gobierno recibieron a los principales empresarios del país con un llamado a un “diálogo franco para reconstruir la Argentina”, en el Museo del Bicentenario, un día después de la reunión que mantuvieron con la dirigencia sindical. Allí plantearon la agenda del 2021, que demanda “la armonización de precios y salarios con una expectativa de inflación a la baja y recuperación económica y salarial real”.
Cafiero advirtió que “si todo el esfuerzo de las empresas y los trabajadores se va por la canaleta de la inflación, no va a servir de nada”, por eso llamó a establecer “un acuerdo político y social entre los distintos sectores”.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, que terminó aplaudido por la audiencia, brindó detalles sobre las ideas que rigen el proyecto del gobierno nacional. Describió que por la crisis de la balanza de pagos heredada y por la pandemia, “la macroeconomía está muy desordenada”. Y llamó a empezar a trabajar “cadena por cadena y precio por precio para ver donde se producen los saltos”.
Guzmán también expresó que el objetivo es avanzar en una dirección coordinada, con “premisas sensatas” y evitando “promesas rimbombantes”.
Al finalizar el encuentro, el ministro de la Producción, Matías Kulfas, consideró “constructiva” la reunión pero aclaró que el gobierno mostró “firmeza” al exponer sus “objetivos” macroeconómicos: “Continuar con el camino de desinflación, que el año pasado fue de 20 puntos, y conseguir que el salario le gane a la inflación”. Este objetivo, dijo, “es compartido por todo”. Y resumió: “No tiene sentido encontrar quién pide 50 si después la inflación es de 60; la idea es converger en 29 y que el salario esté por encima de ese nivel”.
El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Iván Szczech, fue uno de los voceros empresariales. Confirmó que existe un “amplio consenso” en la necesidad “generar una macroeconomía sana” y respaldó la idea de “alcanzar una estabilidad de precios” para que el salario “no pierda contra la inflación”.
El presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) y de la automotriz Toyota, Daniel Herrero, refrendó el concepto. “Tenemos que atacar el tema de precios y salarios, buscando que el salario real crezca y un ejemplo claro de esta construcción es poner nuestras plantas a trabajar a full, haciendo horas extras y que el gobierno a través alguna corrección del impuesto a las ganancias ayude a la distorsión que este impuesto provoca sobre los salarios”, añadió.
La convocatoria contó con la asistencia de 34 empresarios que, entre otras compañías de primera línea, representaron a YPF, Ternium, Arcor, Acindar, Molinos Ríos de la Plata, Nestlé, Unilever, Ledesma, Danone y Toyota, a quienes se sumó el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja. Además, asistieron directivos de Procter&Gamble, Granja Tres Arroyos, Jazmín Chebar, Bayer, Loma Negra, Vasa, Newsan, TN Platex, Aluar, Asu, Dow Quimica, Elea, Unipar Insupa,Transclor, Tetrapak, ABC, Arauco, Mondelez, Bridgestone, Camarco, Cervecería Quilmes y Gador.
No estuvieron Paolo Rocca, Luis Pagani ni Gregorio Pérez Companc, tres pesos pesados que integran la opositora Asociación Empresaria Argentina (AEA). Desde el gobierno aclararon que habían anticipado su ausencia por estar de viaje.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, que para buena parte del “círculo rojo” antes era un “pasante” y ahora es el hombre del momento, valoró la búsqueda de una política de precios e ingresos para una economía que todavía no resolvió sus problemas de coordinación.
El titular del Palacio de Hacienda definió entre los principales ejes a lograr por la gestión económica que los sueldos reales crezcan, establecer políticas de precios y salarios y de la necesidad del trabajo mancomunado entre el sector público y el privado.
El ministro refirió la necesidad de alcanzar “una economía tranquila” en la se puedan “resolver los problemas estructurales” al identificar “una historia de dificultades para definir un rumbo” por la cual “el país no ha encontrado una tendencia firme sobre la cual establecerse”. También resaltó la necesidad de fortalecer las exportaciones y recuperar la sostenibilidad de la deuda.
Además, precisó que “es muy necesario que la coordinación de expectativas vaya en una reducción de la inflación”.