El impacto de la crisis económica impactó de lleno en el rubro alimentos y bebidas, con una fuerte caída cercana al 23%, producto de la escalada de precios desde diciembre pasado y el efecto de la recesión, según estimaciones privadas.
El sector empresarial atribuyó esa merma del consumo a la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, que sigue perforando su piso mes a mes.
El impacto de la crisis económica impactó de lleno en el rubro alimentos y bebidas, con una fuerte caída cercana al 23%, producto de la escalada de precios desde diciembre pasado y el efecto de la recesión, según estimaciones privadas.
Previo al índice de precios al consumidor de mayo que publicará el Indec en los próximos días, las consultoras del sector privado consignaron que las bebidas es uno de los rubros más afectados, ya que las gaseosas y el agua mineral fueron algunos de los productos que más incrementos mostraron en las góndolas.
El sector empresarial tomó nota de esta variable negativa y atribuyó esa merma del consumo a la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, que sigue perforando su piso mes a mes, pese a que las estimaciones privadas ubican a la inflación de mayo alrededor del 5%, más de tres dígitos menos que el mes anterior (8,8%).
Un informe sobre datos más de 1.500 distribuidoras realizado por la consultora Nextbyn reflejó caídas en casi todos los rubros de alimentos y bebidas.
Entre enero y abril las gaseosas de primeras marcas tuvieron una caída del 21% en su facturación, mientras que las de segundas marcas retrocedieron 23%. Lo mismo ocurrió con la venta de cervezas, mientras que el vino bajó un 10%.
En tanto, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) verificó una caída del 6,3% de consumo ede vinos y espumantes con respecto al año anterior.
Según especialistas en consumo, esto se debe a los cambios de hábito entre compradores que privilegian cada vez más las promociones para poder cuidar el bolsillo y llegar a fin de mes.
A su vez, el volumen de cada compra es cada vez más reducido, lo cual refleja que la gente va adaptando el changuito a un disponible de fondos cada vez más chico.
Además, se detectó una fuerte contracción en el uso del efectivo y un crecimiento notable en los pagos con billeteras virtuales y tarjetas de crédito. A su vez, la caída en las ventas alcanza también a las ventas online.