La salud privada en la ciudad de Rosario representa aproximadamente más del 60 por ciento de todas las prácticas médicas, lo que la convierte en un pilar fundamental del sistema de salud. Hace tiempo que se trabaja para afinar la colaboración con las autoridades municipales y provinciales, lo que tiene como objetivo lograr un funcionamiento armonioso entre el sector privado y público.
Pablo Quaranta es parte de la tercera generación de una familia de empresarios médicos de Rosario. Hoy preside la Asociación de Clínicas y Sanatorios, y con sus hermanos Alfonso y Andrés comandan el Sanatorio de la Mujer. La historia familiar y su vínculo con la salud se remontan a las primeras décadas del siglo pasado, cuando su abuelo adquirió acciones de una reconocida institución psiquiátrica de la zona sur, que fundaron los doctores Clemente Álvarez y Teodoro Fracassi.
La calidad de los servicios en las clínicas y sanatorios de Rosario es "sobresaliente", según Quaranta, quienes valoró a los profesionales de la salud que lo integran, formados en su mayoría en la Universidad Nacional de Rosario. Además, destacó que tanto la infraestructura como el equipamiento de estos establecimientos se encuentran a la par de estándares nacionales e incluso internacionales. Sin embargo, existe la preocupación de que estos estándares puedan deteriorarse debido a problemas económicos y de financiamiento.
En términos de tecnología, Rosario se sitúa en un nivel de vanguardia a nivel internacional. Pero existen desafíos significativos relacionados con las importaciones y las trabas aduaneras que dificultan la adquisición de equipos médicos de última generación. La inversión y la disposición de recursos son dos aspectos clave a la hora de mantener esta tecnología de punta.
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Doctor Andrés Quaranta, Sanatorio de la Mujer.
Por su parte, Andrés Quaranta precisó que “la influencia de la tecnología en la relación médico-paciente cada vez es mayor", y aludió no sólo por el acceso a la información, sino también al hecho de que muchas veces la tecnología se utiliza como "sustituto" en el diagnóstico y tratamiento, donde debería intervenir siempre un profesional de la salud. “Hay amenazas, una de ellas es la disponibilidad de la información sin orientación, y que cada vez la pretensión del autodiagnóstico va más allá y alcanza la automedicación, con todos los riesgos imaginables para la salud", sostuvo.
Amplió: “Sin dudas que hay avances como la telemedicina, las distintas apps que nos permiten brindar atención de salud en casos que de otra manera no sería posible, también el uso de dispositivos tecnológicos permiten diagnósticos en tiempos más oportunos y precisos, pero por contrapartida este uso de tecnología pone en riesgo ese vínculo vital de contacto, de contención”.
Rosario, turismo y salud
Respecto al turismo en salud, se reconoce el potencial de Rosario como destino atractivo para recibir atención médica, pero se apunta a la necesidad de trabajar en la promoción tanto a nivel político como privado para potenciar este área.
Por otra parte, hoy los rosarinos no necesitan viajar al exterior para obtener tratamientos complejos, muchas veces tampoco a Buenos Aires: “Sólo para prácticas muy puntuales. En Rosario se puede evacuar el 99,9 por ciento de todos los problemas de salud”, aseveró Pablo Quaranta.
El desafío en este sentido no es de recursos técnicos ni humanos, sino el acceso a insumos y equipamiento médico debido a dificultades económicas, financieras y las trabas a las importaciones, aunque se procura mantener un servicio de calidad en medio de estas dificultades.
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Sanatorio de la Mujer sede Centro, San Luis y Pueyrredón.
La experiencia en la pospandemia
La experiencia durante la pandemia fue compleja, con distintas etapas que implicaron un gran esfuerzo por parte del sistema de salud. Los sanatorios enfrentaron la incertidumbre y los desafíos del manejo de pacientes con Covid-19, aunque se destaca la colaboración entre instituciones y autoridades para afrontar la crisis.
En cuanto a los médicos y la atención médica en general, los hermanos Quaranta señalan que no se valora lo suficiente a los profesionales y las instituciones médicas, en contraste con la alta demanda y la excelente atención que brindan. “La actividad médica es un trabajo y debe entenderse como tal, pero la exigencia horaria, la cantidad de años de inversión en estudio y el contexto hacen necesario que exista un plus para poder afrontarlo, una pasión”, explicó Andrés.
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Sanatorio de la Mujer sede Fisherton Plaza.
Sanatorio de la Mujer
El Sanatorio de la Mujer ha experimentado un crecimiento significativo, y se ha expandido geográficamente para ofrecer servicios de calidad en distintos puntos de la ciudad, con proyecciones de seguir ampliando su infraestructura y servicios.
En 2015, comenzó la apertura geográfica: inauguró en zona oeste su primera sede en el Shopping Fisherton Plaza. La realidad y demanda superaron las expectativas, lo que “llevó a una expansión y mayor inversión”.
Pablo Quaranta cuenta que piensan ampliarse a otros puntos de la ciudad, por eso la apertura de un eslabón en Oroño y Batlle y Ordóñez (en el Paseo Libertad) y están planeado para marzo, con el desarrollo de la firma Pecam, el desembarco en la zona norte. Pero hay más. También tienen proyectado crecer en el centro. “Si acompaña la macroeconomía y se solucionan todos los problemas comentados, la idea es armar el cuarto. El sanatorio sería un lugar específico para la internación, más que nada quirúrgico, y todo lo ambulatorio estaría instalado en estos distintos espacios”, concluyó.