El pasado 23 de mayo solicité una transferencia de dinero desde la sucursal 43 del Banco Supervielle de Rosario hacia la agencia San Nicolás del Banco Francés (en esta ciudad no hay sucursal del Supervielle), por lo cual me extendieron el comprobante donde constaba el origen y destino de los fondos, que estarían acreditados en 72 horas hábiles. Al cumplirse el plazo y ver que no había ningún depósito en la cuenta destino, me comunico con el banco Supervielle y me dicen algo así: "Los fondos retornaron a la cuenta origen porque el sistema Coelsa con el cual realizamos la transferencia no compensa en moneda extranjera para el Banco Francés, si lo hubiésemos hecho con el método MEP lo hubiera recibido. Si ahora desea hacerlo por este sistema, que es más caro, deberá abonar nuevamente la comisión". Aclaro que en oportunidad de la transacción nadie me preguntó a cuál de los "métodos" yo adhería, aun en caso que hubiese sabido que estaba optando, y tampoco me ofrecieron alternativas de costo para decidir. Es como si en un vuelo de línea, el piloto, antes de aterrizar, les pregunta a los pasajeros si eligen para la aproximación el VOR, el ADF o ILS. Se supone que el que está mejor capacitado para esas decisiones es el piloto, y que los pasajeros, habiendo abonado el pasaje, quieren sólo llegar a destino. Conclusión: el dinero, menos la comisión por la "transferencia" no realizada, regresó a Rosario por un asunto técnico que el banco debería haberlo subsanado. La comisión que el banco percibe por la transferencia, debería usarse, en parte, para asegurar el objetivo comprometido y no sólo para alimentar su patrimonio. Como no deseaba seguir alimentando a mi costa al banco sin obtener nada a cambio, tuve que salir del banco con el dinero encima, con el peligro que implican las "salideras" en Rosario.