La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner solicitó que se investigue la posible motivación económica del ahora detenido Fernando Sabag Montiel para intentar asesinarla el 1 de septiembre pasado, luego de detectar que en sus conversaciones de WhatsApp hacía referencia a la voluntad de ejecutar el magnicidio a cambio de dinero, informaron ayer fuentes judiciales.
Esa línea de investigación la plantearon los abogados de la querella, Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira y también requirieron que se profundice el análisis de los diálogos que mantuvo Brenda Uliarte, pareja de Sabag Montiel, antes de ser detenida.
La punta para avanzar sobre la posible motivación económica de Sabag Montiel surgió de un diálogo en uno de los grupos de WhatsApp que integraba donde, el 15 de agosto pasado, escribió: “Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y meterle un corchazo”, informaron fuentes judiciales.
Esa expresión de deseo de quien finalmente intentaría matar a Cristina robustece la hipótesis de que la supuesta venta de copos de nieve habría sido en realidad una pantalla a la que recurrieron los atacantes para infiltrarse en las movilizaciones de apoyo a la ex mandataria luego de que un fiscal pidiera que se la condenara a 12 años de prisión en la causa por la obra pública en Santa Cruz.
En esa misma conversación, y al referirse a Uliarte y sus planes magnicidas, Sabag Montiel escribió: “Yo a ella la trato de bajar, pero a mi me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, ya está salvada, bienvenido sea”.
Las referencias al tema económico coinciden con otros mensajes donde una persona agendada como “Joa” en el teléfono de Gabriel Nicolás Carrizo, líder del grupo de supuestos vendedores de copos de nieve, sostuvo que sabía que lo había hecho por plata.
“Se que lo hizo por plata, por acomodo, así que el chabón en cuatro años ponele que sale y sale re acomodado mal eh, vas a ver, como les vuelvo a repetir, uno por plata se vende? Pero si, si los nombro a ustedes, eso si, así que fíjense bien y no solo a ustedes cinco porque nombro a mas personas, fíjense bien”, escribió “Joa” en un grupo de WhatsApp que compartía con Carrizo.
Por este tipo de conversaciones en las que aparece involucrada “Joa”, una joven de nombre Joana, la querella se opuso a que sea citada como testigo, tal como había postulado el fiscal Carlos Rívolo, y reclamó que se la convoque en calidad de imputada: esa presentación, motivó que la jueza federal María Eugenia Capuchetti suspendiera la testimonial prevista para ayer.
Las conversaciones de las que participa “Joa”, en las que exhibe poseer información sensible y eventualmente reservada, ocurrieron después de que se produjera la detención de Uliarte, la noche del domingo 4 de septiembre, cuando en el expediente regía el secreto de sumario.
Otra conversación en la que se basaron los abogados Aldazabal y Ubeira para pedir que se abrieran otras líneas de investigación tiene que ver con una que se dio entre Uliarte y una persona a la que tenía agendada como “David”, horas antes de ser detenida.
“Ya que vos me contaste algo y sos una persona para confiar, yo te confieso algo mío ultra secreto”, le escribó “David” a Uliarte el 4 de septiembre al mediodía. Acompañó ese texto con una foto y el texto “No se lo cuentes a nadie”.
Uliarte: “Sos poli de la DEA? Tranqui no le cuento a nadie”.
David: “No digas nada. Ja. Paso informes e investigo narcos pesados, nada mas. Hace muchos años. Hago espionajes y se los paso a la embajada de estados unidos. Nada mas”.
Uliarte: “Ah qué bien. No tenía idea de que laburabas de eso”.
Las nuevas líneas de investigación fueron incluidas en un escrito en la que se solicitó también que la justicia avance en el análisis de la posible participación de los denominados “copitos”, en la planificación del ataque a la vicepresidenta. Allí se pidió la indagatoria de Leonardo Volpintesta, Sergio Orozco y Lucas Acevedo.