Comparto con Giorgio Grassi (Una opinión sobre el dibujo; Revista CREE, diciembre 1976) que el dibujo es ante todo un medio adecuado para proyectar.
Comparto con Giorgio Grassi (Una opinión sobre el dibujo; Revista CREE, diciembre 1976) que el dibujo es ante todo un medio adecuado para proyectar.
Y agrego, también para estudiar arquitectura. No entiendo otro modo de estudiar arquitectura que no sea hacerse proyectista de la obra estudiada.
El dibujo es un modo de hacer visible el mundo, de volver a presentarlo en la bidimensionalidad. Un modo de representarlo, y también de imaginar su transformación. Para hacer posible esta tarea es imprescindible el dominio técnico de los sistemas de representación.
Según Grassi, al ser la arquitectura un hecho absolutamente concreto y material (y en esa condición, no consentir ambigüedades) su medio clásico de representación es el dibujo técnico.
Se podría afirmar, como lo hace Jorge Sainz en su libro “El Dibujo de Arquitectura” evocando a Platón, que el dibujo es quizás la forma más perfecta de la obra de arquitectura. En tanto que la ejecución concreta es siempre, al materializarse, una versión defectuosa del proyecto.
Pero el dibujo técnico es antes (y también después) sólo dibujo, y como tal puede contemplarse (no solo interpretarse técnicamente) y valorarse en términos puramente gráficos, o sea como un fenómeno estético. Sin embargo, para Giorgio Grassi esta es una tentación en la que el proyectista debería evitar caer.
Para finalizar, retomando su razonamiento, intento una clasificación personal de los distintos tipos de dibujo.
1- Dibujos espontáneos. Dibujos sin encargo, sin demanda externa. Dibujar lo que sale automáticamente (semejante al método surrealista de componer un poema) Una manifestación del deseo. Una expresión del inconsciente. Ideas, sueños, imágenes que a veces remiten a edificios y otras a ciudades. Cartografías y mapas. También artefactos, máquinas o infraestructuras. Experiencia acumulada, historia personal que cobra vida en el papel. Materia prima para futuros proyectos.
2- Dibujos de registro. Definen y delimitan el mundo personal. Fijan una mirada sobre éste. En su versión más específica son los dibujos de relevamiento y análisis.
3- Dibujos iniciales. Son los bocetos preliminares del trabajo de proyecto. Están cargados de intenciones y tensiones. Dan existencia a las distintas alternativas. Nunca es un único dibujo, son decenas. Se superponen, se transforman. Direccionan el trabajo futuro hacia las definiciones más precisas. En esta instancia se apela a todos los sistemas de representación proponiendo una interacción constante. Tener un dominio de todos los sistemas de representación amplía nuestra capacidad exploratoria y extiende los límites de nuestras posibilidades proyectuales. Dibujos que son pensamientos, dibujos para nosotros mismos.
4- Los planos. En este tipo de dibujo la precisión gobierna. Son altamente codificados y reglados. Son estrictos, rigurosos y deben ser claros ya que su objetivo es hacer posible la construcción del proyecto. Son dibujos para otros con los que se comparte un código técnico común. Poseen la belleza de la verdad.
5- Dibujos de verificación. Dan cuenta del resultado espacial de las distintas especulaciones y decisiones tomadas en los planos.
6- Dibujos de comunicación. Piezas gráficas cuya utilidad es la de transmitir un resultado arquitectónico. Su objetivo es seducir, encantar. Son dibujos cuasi publicitarios. Su fin es la comunicación de valores espaciales al comitente. Para producirlos se apela a múltiples recursos gráficos. Recrean una realidad que en términos visuales sea lo más concreta posible. Son dibujos para otros pero que no comparten con nosotros un código técnico común.
De esta clasificación obtengo mis preferencias para ilustrar esta breve nota: Dibujos que son para uno mismo, en los que el acto de dibujar prevalece sobre el dibujo como resultado. Dibujos para nadie (o para todos), ya que siendo para nadie, ante los ojos de cualquiera, pueden transformarse también en objetos de contemplación y entonces, decir otras cosas.
Dibujos que dicen lo que las palabras todavía no pueden decir.
Una formación de prueba está haciendo el recorrido Rosario-Retiro en 5 horas y 55 minutos. Solo pararía en el Apeadero Sur y San Nicolás.
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