“¿Qué pasa con las grandes personas que quieren llegar a la grandeza del pasado en la minucia del presente?”, se interroga Cate Blanchett al reflexionar sobre sobre su nuevo film, “Tár”, por el que está nominada a mejor actriz protagónica en los próximo premios Oscar. La película, que se estrena el jueves en Argentina, es candidata a otros cinco galardones de la Academia en los principales rubros: mejor película, mejor director, mejor guión original, mejor fotografía y mejor edición.
Con dos Oscar, cuatro Globos de Oro -el último de ellos por “Tár”-, tres Bafta y el primer Goya Internacional que recogió el año pasado en Valencia, la actriz australiana encaró ahora una trama centrada en una ficción sobre la primera mujer directora de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Se enmarca en un período de tres semanas en el que Lydia Tár se prepara para la presentación de un libro en Nueva York, además de una actuación en vivo en Berlín para una grabación en directo del sello discográfico Deutsche Grammophon, de la 5ª Sinfonía de Mahler.
“Este guión fue escrito para una artista: Cate Blanchett”, confesó el director, actor y guionista Todd Field. “Si ella hubiera dicho que no, la película nunca habría visto la luz. Esto no sorprenderá a los cinéfilos, aficionados o no. Después de todo, ella es una maestra suprema. Aun así, mientras hacíamos la película, la habilidad sobrehumana y la verosimilitud de Cate era algo realmente asombroso de contemplar. Ella superó todas las expectativas. El privilegio de colaborar con una artista de este calibre es algo imposible de describir adecuadamente. En todos los sentidos posibles, esta es la película de Cate”, afirmó sobre la protagonista, que también obtuvo la Copa Volpi en el Festival de Venecia por este trabajo.
Lydia Tár es una reina en un mundo de hombres, una mujer imaginaria llamada a ser la primera en dirigir la prestigiosa orquesta alemana. Y para hacer creíble a esta genio, también déspota y oscura, Blanchett aprendió a hablar alemán, a dirigir orquestas y a tocar el piano. Pero cuando la actriz habla de su trabajo en el filme apenas se refiere al esfuerzo realizado y defiende con pasión su personaje que la sitúa como favorita para llevarse el que sería su tercer Oscar.
“Para Lydia, dirigir es como respirar, así que tenía que encontrar su forma de respirar. Me obsesioné mucho con Carlos Kleiber y su relación ambivalente y torturada con su trabajo, y con Simon Rattle”. Su idea, explicó, era averiguar hasta dónde llega la autoridad de un director, por qué acaba siendo “un autócrata” y mostrar, de paso, “cómo cambió el mundo de la música clásica cuando cayó el muro de Berlín”.
La ficción ocurre en esta ciudad alemana donde Lydia Tár, música apasionada, culta y fría, famosa en todo el mundo por sus conciertos y composiciones, cae de un día para otro de lo más alto a un abismo de acusaciones que derrumban su universo, ante la incredulidad de su esposa (Nina Hoss) y de la hija de ambas. Su impecable fachada se resquebraja cuando surgen las denuncias por abuso de poder, en un comportamiento con el que replica el de sus colegas masculinos. Para la protagonista de “Carol”, donde también mantiene una relación con una mujer, que Tár sea lesbiana “no es más parte de su identidad que otros aspectos”, por el contrario, “es tan natural que no necesita hablar de eso”.
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El director Todd Field y Blanchett.
Blanchett define “Tár” como “una historia complicada”. “Es una mujer de éxito que llega a una posición de poder, pero las personas que la rodean también le exigen esa autoridad. Ese es otro aspecto de esta película. Lo más sorprendente para mí son todas esas capas e interpretaciones diferentes. Ella es capaz de un poder enorme y también de una gran generosidad, pero de alguna manera está siendo devorada por el sistema que ha admirado durante tanto tiempo. Y está a punto de cumplir 50 años, otro cambio importante”, definió. “Una vez que llegas a lo más alto te das cuenta de que ya solo puedes ir cuesta abajo. Encontramos a Lydia al final de un ciclo, cuando ella se interpela a sí misma. ¿Qué pasa ahora, qué es lo siguiente? Y, tal vez, lo que sigue es volarlo todo por los aires”. Pero la película “ni da respuestas ni juzga”, adelantó.
“Con mucha frecuencia, las mujeres directoras de orquesta obtienen piezas de cámara, pero no las grandes, y francamente, eso la agota”, puntualizó Blanchett. “Ella se encuentra tomando decisiones poco acertadas debido al agotamiento que siente ante estos procesos sistémicos. Como mujer, te subes al podio y un cierto porcentaje de tu atención tiene que estimular el hecho político de que estás parada allí, siendo una mujer”.
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“Llevaba mucho tiempo pensando en un personaje que se comprometió en su infancia a autoeducarse para perseguir un sueño y una vez que lo ha conseguido, el sueño se convierte en una pesadilla", dijo el director sobre Lydia Tár, el personaje de Cate Blanchett.
En la segunda mitad de la película, “Tár” se convierte en una historia de dinámicas de poder cambiantes a medida que su orquesta, un organismo democrático en el que los músicos eligen a su director, comienza a verla de forma diferente. “La noción de democracia frente a autocracia está tan viva en la historia de Todd”, explica Blanchett, que culmina en una escena en la que Lydia y su hija juegan a la orquesta con animales de peluche después de que el poder de la directora en el podio se ve amenazado. “No es una democracia”, le dice Tár a la niña, revelando el conflicto en el centro del guión de Field.
Por su parte, Field señaló: “Llevaba mucho tiempo pensando en un personaje que se comprometió en su infancia a autoeducarse para perseguir un sueño y una vez que lo ha conseguido, el sueño se convierte en una pesadilla. Aunque alguna vez Tár vivió una vida dedicada al arte, ahora se encuentra dirigiendo una institución que deja al descubierto sus propias debilidades y devociones, convenciendo a los demás de seguir sus reglas solo para violarlas ella misma, con una aparente falta de conciencia en sí misma. Pero, como diría (la escritora) Janet Malcolm, «ser consciente de tu falta, no te libera de la responsabilidad»”.
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Blachett compite con Ana de Armas (“Blonde”), Andrea Riseborough (“To Leslie”), Michelle Williams (“Los Fabelman”) y Michelle Yeoh (“Todo al mismo tiempo y en todas partes”).
Sobre el origen del guión, Field destacó la constancia y la tenacidad de Blanchett con el proyecto: “Cate y yo empezamos a trabajar juntos en septiembre de 2020. Ella hizo otras dos películas mientras se preparaba para hacer «Tár». Trabajaba durante el día y me llamaba por la noche, añadiendo varias horas de trabajo a su día. Aprendió alemán, a tocar el piano; sí, Cate es quien toca el piano, cada una de las notas de las obras, y realizó una impresionante cantidad de investigación. Es una absoluta autodidacta, y consiguió hacer más cosas durante un año -recordemos que mientras eso pasaba hizo otras dos películas- que las que Lydia Tár habría realizado en 25 años. Durante la producción, ella no dormía. Después de un día de rodaje se sentaba en el piano, aprendía alemán, practicaba el acento estadounidense o tomaba una lección de técnica de la batuta y patrón de ritmo. Pasó su «día libre» en una pista de carreras trazada con las dimensiones exactas de la rotonda de Alexanderplatz para ensayar una escena con Nina Hoss, mientras daba volantazos y frenaba a 100 kilómetros por hora entre ocho autos conducidos por dobles. No había absolutamente nada que pudiéramos pedirle y que ella no pudiera hacer. Ella puso muy alto el estándar para todos y tuvimos que hacer todo lo posible para tratar de seguirle el ritmo”.
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Blanchett en el estreno del film en el pasado Festival de Venecia, donde ganó la Copa Volpi a mejor actriz.
Blanchett disfrutó de la carga intelectual del guión de Field, pero conectó con la historia, ante todo, a un nivel instintivo y humano. “Me di cuenta de que había muchas, muchas capas que quitar cuando yo, junto con el público, descubría quién era este fascinante enigma de Lydia Tár. Todd ha creado una criatura absolutamente única”. A Blanchett también le fascinaron las cualidades musicales rítmicas del libreto y el enfoque único de Todd para representar al personaje.
“Yo me centro mucho en el lenguaje y cuando leí el guión, había muchos puntos de referencia con los que simplemente no estaba familiarizada. Sabía que tenía que entenderlos por dentro y por fuera para que el público confiara en que el personaje sabía exactamente de qué estaba hablando en todo momento. Curiosamente, el público no necesita conocer estas referencias en absoluto: solo necesita saber que Lydia es una genio”.
“Me fascinó este retrato de una mujer que se desmorona, pero también respondí al guión a nivel rítmico a través de la música. Para mí, como actriz, la música suele ser la clave para desbloquear un personaje o la atmósfera para encontrar una conexión con la historia. La película de Todd estaba turbocargada de energía en este sentido”.