La actriz Adriana Vera Aizemberg murió este lunes a los 86 años. La artista nació el primero de diciembre de 1938 en Santa Fe, y construyó una carrera que abarcó más de sesenta años, Su talento la convirtió en una figura destacada del teatro, el cine y la televisión.
La Asociación Argentina de Actores y Actrices la despidió a través de un comunicado en redes sociales: “Con profunda tristeza despedimos a Adriana Aizemberg, actriz y ex dirigente de nuestro sindicato, quien desarrolló una prestigiosa y amplia trayectoria artística. Enviamos nuestras condolencias a sus familiares y seres queridos”.
Sus inicios y formación en la actuación
En Buenos Aires, Aizemberg se unió al teatro Fray Mocho, donde debutó en "Historias para ser contadas". Se formó con Augusto Fernandes y participó en la experiencia fundacional del grupo ETEBA, junto a Helena Tritek, Hugo Urquijo, Lito Cruz, Carlos Moreno, Franklin Caicedo y Héctor Bidonde.
También integró el elenco del Teatro San Martín y fue parte del grupo Gente de Teatro, dirigido por David Stivel. En 2004 recibió el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable, otorgado por la Asociación Argentina de Actores y el Senado de la Nación.
Entre sus trabajos más recordados en teatro se destacan "La señorita de Tacna", "Fausto", "La calle 42", "El violinista en el tejado" y "Nenucha", entre muchas otras.
Aizemberg dejó huella en el cine argentino con participaciones en títulos emblemáticos como "Mazel Tov" y "Amapola". También actuó en películas celebradas como "Mundo grúa", "El abrazo partido" y "Derecho de familia", que consolidaron su prestigio en la pantalla grande.
La actriz también se convirtió en un rostro popular de la televisión argentina. Participó en grandes producciones que marcaron distintas generaciones, entre ellas "El encargado", "Poliladron", "Mujeres asesinas", "Vulnerables", "Amas de casa desesperadas" y "El mundo de Antonio Gasalla".
Con su versatilidad y talento, Adriana Aizemberg logró transmitir emociones y construir personajes memorables en cada escenario. Su fallecimiento deja un profundo vacío en el mundo artístico, pero su legado seguirá vivo en las obras y producciones que marcaron la historia de la cultura argentina.