"Histeria" se basa en la verdadera historia de la invención del primer vibrador electrónico en la década de 1880. El filme, que se estrena hoy en Rosario, transcurre en la Inglaterra de finales del siglo XIX y narra cómo el doctor Joseph Mortimer Granville inventó el primer objeto que supuestamente curaba lo que se conocía como histeria femenina, cuyos síntomas incluían insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, irritabilidad o pérdida de apetito, entre muchos otros.
Narrada en tono de comedia, Maggie Gyllenhaal, que interpreta a uno de los personajes principales, dijo durante el estreno del filme en el Festival de Cine de Toronto que una de las sorpresas del trabajo durante el rodaje en Londres fue la cantidad de vibradores que recibió de regalo, con lo que marcó el tono de la presentación en sociedad de este filme dirigido por la estadounidense Tanya Wexler. "Cuando terminé la película tenía unos quince vibradores enviados por diferentes personas de Londres. Fue una sorpresa muy agradable", dijo entre risas la actriz.
El origen. En el siglo XIX los médicos diagnosticaron y trataron la llamada "histeria" de diversas formas. Y en la época victoriana, algunos, entre ellos el especialista en "medicina femenina" Robert Dalrymple (Jonathan Pryce), practicaban a las pacientes que se creían que padecían histeria, un masaje manual en la zona pélvica que provocaba el orgasmo, aunque los médicos nunca lo asociaban con la sexualidad.
Las manipulaciones pélvicas del doctor Dalrymple, y los aportes teóricos de su hija Charlotte (Maggie Gyllenhaal), provocaron que Granville, interpretado por Hugh Dancy, inventará el vibrador para tratar de forma mecánica la supuesta condición.
En la clínica, la cura de la "enfermedad" se daba a través de esta estimulación cuyo efecto se llamaba "paroxismo histérico", lo que ahora se llama un orgasmo, con lo cual obtenían una cura temporal. Pero la técnica de masaje resultaba agotadora para Granville, que desarrolla calambres en su mano debido a este tipo de trabajo. Esa dolencia fue la que lo inspiró a inventar un medio electrónico para realizar la estimulación.
Acompañada por Dancy, Gyllenhaal dijo que la película presenta una seria oportunidad para eliminar algunos de los tabúes detrás de la sexualidad femenina. "Se trata de vibradores y orgasmos de las mujeres. No creo que la gente realmente hable mucho de eso, y yo creo que todavía son temas que nos hacen enrojecer y sentirnos incómodos", opinó Gyllenhaal.
De hecho, la directora Tanya Wexler, que volvió a dirigir después de diez años, obviamente, dijo que quería obtener el clima adecuado desde el primer día de rodaje. "Le di a todo el mundo, el elenco y el equipo, un pequeño vibrador apenas empezamos a filmar", dijo antes de añadir con otra broma: "¡Eso fue realmente caro!".
"Lo más escandaloso en la película es la premisa de la película", dijo Dancy y destacó un hecho que da un indicio del tipo de humor que desarrolla el filme. "El hecho de que estos hombres eran médicos que trabajaban seriamente, sin ironía, sin ningún engaño. Y está el diagnóstico de esta condición inexistente, haciendo lo que hacían de forma manual, y de ninguna manera pueden ver nada sexual en ello", explicó.
La invención. Gyllenhaal contó que el interés por el filme fue inmediato. "Estaba interesada en saber cómo se inventó el vibrador. Pensé que el guión era muy bueno y realmente me gustó el personaje. A veces leo algo y simplemente me absorbe y tengo que hacerlo. Así es como me sentí cuando leí este guión", dijo la intérprete.
Una de las paradojas es que se trata de una directora y una protagonista estadounidenses al frente de una comedia típicamente británica. "En el caso de Maggie la elección resultaba ideal porque ella es la rebelde del grupo y tenía sentido que también sea de otro país", dijo Wexler. "Pero todo lo demás es británico y además es una coproducción con Europa. Para mí era importante que pareciera una película inglesa para que ese factor internacional tuviera un centro. Lo que lo hace gracioso es ese escenario victoriano tan específico, y eso es la inspiración para crear una suerte de comedia de enredos", explicó.
Una de las paradojas es que se trata de una directora y una protagonista estadounidenses al frente de una comedia típicamente británica. "En el caso de Maggie la elección resultaba ideal porque ella es la rebelde del grupo y tenía sentido que también sea de otro país. Pero todo lo demás es británico y además es una coproducción con Europa. Para mí era importante que pareciera una película inglesa para que ese factor internacional tuviera un centro. Lo que lo hace gracioso es ese escenario victoriano tan específico, y eso es la inspiración para crear una suerte de comedia de enredos". La época en que se desarolla la película es un contexto ideal para la aparición del vibrador comentó la cineasta. "Era el tiempo de Freud, de la electricidad, acababan de instalar alcantarillas modernas hacía unos años. Fue una época de gran excitación y de grandes avances. El protagonista hace ver que no sabe lo que está sucediendo porque sigue funcionando con conceptos de «histeria», aunque intuye que no son correctos. El desequilibrio se crea porque el personaje de Maggie sí asume su desacuerdo con la sociedad y no tiene miedo de expresarlo. Me gusta pensar en mi película en términos sencillos", afirmó.