Este 21 de septiembre, cuando miles de jóvenes celebran el Día de la Primavera y el Día del Estudiante, también se repite una tradición que creció al calor de las redes sociales: regalar flores amarillas. El gesto se convirtió en símbolo de amor, renovación y nuevos comienzos, y cada año gana más protagonismo en plazas, escuelas y publicaciones de TikTok e Instagram.
Por un lado, la tradición de regalar flores amarillas está relacionada con un evento astronómico que solo sucede dos veces al año. Por otro, esta tendencia está relacionada con un recuerdo de una serie argentina que marcó una generación.
En ese marco, florerías y viveros de Rosario y la región suelen experimentar un aumento en la demanda de girasoles, rosas, tulipanes y todo tipo de flores amarillas en la antesala de la primavera. La consigna se replica entre adolescentes y jóvenes que aprovechan la jornada para sorprender a sus amigos, parejas o simplemente regalar un gesto de alegría.
¿Por qué se regalan flores cada 21 de marzo y 21 de septiembre?
Uno de los motivos por los que es tendencia regalar flores cada 21 de marzo y de septiembre, tiene que ver con la llegada del equinoccio. El equinoccio es un momento astronómico en el que el sol se encuentra directamente sobre el ecuador terrestre, lo que significa que los días y las noches tienen aproximadamente la misma duración en todo el mundo.
Este fenómeno astronómico ocurre dos veces al año, cada seis meses. La primera es el 21 de marzo, la llegada de la primavera en el hemisferio norte, y la segunda es el 21 de septiembre, la llegada de la primavera en el hemisferio sur.
Es decir, que regalar flores amarillas celebra la llegada de la estación en la que las temperaturas comienzan a ser más cálidas y las flores tienen su máxima belleza, tras el frío y sombrío invierno.
¿Por qué se regalan flores amarillas?
Ahora bien, en estas dos fechas especiales no se deben regalar cualquier tipo de flores, sino que es necesario que las mismas sean color amarillo. Esta tendencia se debe a una tradición de la cultura argentina, hace referencia a la emblemática telenovela Floricienta.
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“Que vendría a buscarla, con sus flores amarillas”, versa una de las canciones más conocidas de la tira de Cris Morena. En Floricienta, Flor soñaba con que el hombre que amaba le regalara una flor amarilla. Así, inspiró a muchas parejas a regalarlas durante los equinoccios, para celebrar la llegada de la primavera y el amor y el romanticismo.
La flor amarilla, por su color y su asociación con el sol, transmite calidez, optimismo y esperanza. Así, regalarla este 21 de septiembre no solo significa amor, sino también la expectativa de un nuevo ciclo que empieza.
En definitiva, entre picnic, guitarras, mates y celebraciones estudiantiles, las flores amarillas volvieron a ganar un lugar central en el Día de la Primavera. Una costumbre que combina ciencia, ficción televisiva y cultura digital para teñir de amarillo cada inicio de estación.