"Yo no quiero ser recuerdo”, dice Elvira Sastre, la poeta y escritora española que llega a Rosario para contar sus historias -con esa frase como título- acompañada del músico Manu Míguez, en una cita tan atractiva como atípica. El encuentro, que irá este viernes a las 21 en sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza) se presenta no como un recital, sino como “una explosión de dos artes que, sin límites, confabulan a favor de un espectador que, anhelante y dispuesto, siempre sale del espectáculo siendo otro”.
Por allí pasa la invitación de este show que en su gira argentina agotó localidades el 6 de mayo en el teatro Opera de Buenos Aires y hoy en el Espacio Quality de Córdoba, en una propuesta en la cual Sastre, también traductora y filóloga, expone en forma de poesía vivencias propias que atraviesan el amor, el desamor, su mirada sobre América Latina, las ausencias, las pérdidas y, siempre, la pulsión de vida.
Con más de una decena de libros editados, la artista nacida en Segovia en 1992 se decidió a lanzar su primer álbum en 2020, “Elvira en voz”, donde apuesta a musicalizar sus poemas; y dentro de ese mismo registro publicó el reciente “Ya nadie conocerá nuestra historia”, en 2022, ambos disponibles en plataformas digitales.
En un breve ida y vuelta con La Capital, Sastre sostuvo que “hacer poesía siempre es un acto de resistencia porque parte de lo más humano y más salvaje a la vez que tenemos, que es la emoción”.
—¿Por qué motivo proponés “Yo no quiero ser recuerdo”? Más allá del título de un tema clave de tu primer disco, ¿qué preferirías a cambio de no ser un recuerdo?
—Propuse “Yo no quiero rer recuerdo” como título de la gira porque es un homenaje también a ese casi primer poema que escribí. Es una declaración de intenciones: es como decir estoy aquí, vamos a hacer algo importante y no queremos que lo olvidéis.
—”Me gustan tanto los hoy como miedo me dan los mañana” decís en el primer tema de tu primer disco. Ya vas por el segundo y seguís agotando localidades en cada presentación. ¿Se puede decir que la poesía ganó la batalla, o al menos una y temés menos el mañana?
—Yo soy una persona que vive más en el pasado que en el presente o en el futuro. Eso hace que enfoque este trabajo desde un punto de vista para mí más saludable. Estoy muy feliz con lo que estamos consiguiendo y no dejo de sorprenderme cada día de lo que logramos.
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Una puesta intimista. Sastre y Manu Míguez comparten momentos de poesía musicalizada con el público.
—Uno de los momentos más esperados de los shows en vivo es cuando el público corea con el /la cantante las canciones. ¿Cómo es la experiencia con una artista poeta? ¿El gran momento es cuando hay más silencio para escucharte o, por lo contrario, hay fans que se saben los textos de memoria y los comparten con vos en los conciertos?
—Hay de todo. Ha habido shows en los que la gente ha recitado conmigo al unísono y ha sido increíble y mágico. Lo que más me fascina es el silencio que conseguimos crear en teatros llenos de cientos de personas. La emoción contenida y la risa que sale a veces. Ese respeto para mí es lo más bonito que me da el público argentino.
—El auge de los podcast cambió los modos de consumo cultural. ¿Creés que de alguna manera el éxito de ese formato favoreció esta idea de que el público escuche más una propuesta tan atípica como la tuya?
—La verdad es que nunca lo he relacionado. En España, al menos, el auge de los podcast ha sido algo reciente. Yo llevo casi diez años recitando en teatros, en salas, y siempre ha habido una evolución positiva. Creo que el punto es más el auge de la poesía en sí misma que cualquier otro formato o género.
—Tu registro de poesía musicalizada es efectivo. Pero dado que tenés una bella voz, ¿puede ser que en algún proyecto futuro hagas canciones con tu poesía, o no está en tus planes?
—Yo estoy abierta a cualquier tipo de formato o de innovación que permita que la poesía llegue a todo el mundo posible. Es en lo que creo y es en lo que trabajo.
—¿En estos tiempos de fake news, de invasión mediática en redes y demasiada superficialidad hacer poesía es un acto de resistencia?
—Hacer poesía siempre es un acto de resistencia porque parte de lo más humano y más salvaje a la vez que tenemos, que es la emoción. Es una herramienta perfecta para defender todo lo que nos contiene.