Despedida definitiva de la obra rosarina "Carne de juguete"

La obra “Carne de juguete”, escrita y dirigida por el rosarino Gustavo Guirado, regresa a escena para despedirse definitivamente. La pieza, que resultó una de las ganadoras por Santa Fe en el concurso nacional lanzado por el Instituto Nacional de Teatro por los 40 años de la Guerra de Malvinas, se presentará este viernes 27 y el sábado 28, a las 21, en Micelio (Valparaíso 520).

La pieza, que se estrenó en 2015, lleva realizadas más de 130 funciones en todo el país y cuenta con un elenco integrado por Edgardo Molinelli, Yanina Mennelli, Claudia Schujman y Federido De Batista. Los artistas interpretan a cuatro personajes reunidos en un galpón abarrotado de cajas con mercaderías vencidas hace mucho tiempo. Son un anciano, Hugo, y una mujer de mediana edad, Sandrita, que fallan una y otra vez en ordenar lo imposible: alimentos, cigarrillos, ropa de abrigo que iban a ser enviados a Malvinas en 1982 y que nunca llegaron a destino. Allí reinciden en apariciones dos fantasmas, la Madre y Juan Carlos, su hijo que es un soldado argentino desaparecido en la guerra.

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Guirado explicó que “Carme de juguete” “presenta con momentos desopilantes y humor un espacio mágico, donde los objetos se mueven solos, los juguetes tienen vida propia y donde los cuatro personajes se enredan en confusiones de tiempo y espacio”. En ese sentido, destacó la vigencia de la obra y mencionó la incidencia de “la demencia social de amplios sectores del pueblo argentino que apoyaron una guerra en 1982 enviando a sus hijos a morir y que aún no se dan cuenta que esa guerra continúa por otros medios, que el campo de nuestra patria sigue peligrosamente sembrado de minas que pueden explotar. Demencia social, exitismo, fanatismo ¿1982? ¿2023?”, se interrogó.

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Guirado, reconocido creador responsable de obras como “Naturaleza rota”, “La quema” y “La temperatura”, entre otras, explicó en el momento del estreno que el humor que por momentos atraviesa la pieza no es extraño a la tragedia que significó aquel enfrentamiento. “La tragedia y la comedia hacen buenas migas, nacieron juntas, se necesitan. Siempre hay humor en los trabajos que hago, la risa precipita el drama, si lo sabrá el grotesco criollo, género por antonomasia argentino”.

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Sobre el origen del texto, apuntó: “Pertenezco a la generación que fue enviada a esa guerra. Siempre quise hacer algo con ese trauma social, compañeros míos de la primaria estuvieron allí”. Y en referencia al título, señaló que quiso subrayar la indefensión de los jóvenes soldados lanzados al combate en 1982. “La dictadura militar jugó con esa carne fresca, indefensa, desvalida, abandonada a su suerte, carne de muchachos que un día estaban en un boliche bailable y al otro en una tierra lejana, helada y con un fusil en la mano, que muchas veces a la hora de hacer fuego, no funcionaba. El coraje de esos pibes es inconmensurable. ¿Cómo habrá sido ser consciente en esos momentos, mientras te caen bombas de todos lados, que sos un juguete maltratado en las manos de tus superiores?”, se preguntó.