Darío Sztajnszrajber y Soledad Barruti llegan este jueves 21 a Rosario con su “Recital de mitos”, un espectáculo donde proponen un “viaje reflexivo” por narraciones de distintas culturas, en diálogo con el presente. Antes de su visita al teatro El Círculo, el filósofo adelantó parte del recorrido del show en conversación con Brindis TV, en lo que además fue el Día Internacional de la Felicidad.
En vivo en el programa “Enchastre”, Darío contrapuso los mandatos actuales de la felicidad, con la invitación de retornar a una humanidad primordial presente en los seis mitos que estructuran el recital. “Nuestra propuesta elige un camino que es volver a contar cuentos como si estuviéramos alrededor de un fogón, o como si estuviésemos a la noche en ese devenir niño del que habla Nietzsche, por ejemplo. Él dice que el futuro está en la niñez, que ojalá nos podamos volver niños para recuperar cierta capacidad de juego y en eso, desactivar tanta solemnidad”, aseguró el filósofo.
Atosigados de realidad, en “tiempos donde el mundo y sus fuerzas monstruosas” parecieran dirigir todo “hacia la destrucción”, Darío y Soledad tren humor, belleza e intensidad, pero no escapismo. “El mito nos coloca en un lugar que no es sólo el mundo racional o analítico. Algo parecido a lo que nos pasa con el cine. Vos podés entender, por ejemplo, muchas cosas sobre un desamor o una ruptura vincular y de repente ves una película que te cuenta una historia de amor y decís ‘era por acá’. Y no es algo que no podés comprender ni explicar racionalmente, es lo que tiene el arte, que te entra por el cuerpo”, explicó Sztajnszrajber. “Los mitos nos reconcilian con nuestra naturaleza originaria, hay algo de lo humano que está en juego ahí”, sumó.
El hecho de la persistencia de estos relatos en el tiempo es una clave, según el filósofo, para pensar cómo dialogan con esta dimensión profundamente humana que permanece aunque cambie todo lo demás. “Por algo se vienen contando durante más de 2500 años, y en algunos casos más. Yo cuento un mito medio border de lo bíblico que es el de la primera esposa de Adán, que es una historia que no se conoce, la de Lilith. La mujer previa a Eva, una guerrera, que le disputaba a Adán cuestiones que tenían que ver con el poder y el placer, y él medio se la saca de encima. Y nada más contemporáneo que la asimetría de género entre el varón y la mujer”, ejemplificó Darío.
¿QUÉ ES LA FELICIDAD? CON DARÍO SZTAJNSZRAJBER | #ENCHASTRE
A su vez, hizo hincapié sobre cierta cualidad ritual del espectáculo en vivo, de la reunión en torno a un relato, que también conecta el presente con los mitos en su formato originario.
“En la Antigüedad los mitos eran experiencias colectivas donde la gente se juntaba no a escuchar a uno a hablar, sino a que le pasaran cosas en el cuerpo. Y yo creo que el cuerpo es realmente el gran objeto de disciplinamiento de nuestro tiempo, que no es sólo represivo, es también normalizante”, afirmó el filósofo, que compartió además las reacciones e intervenciones “catárticas” de la gente cuando en el show aborda, de forma participativa y teatral, la “Alegoría de la caverna” de Platón.
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Con respecto a los dispositivos de disciplinamiento y normalización que adelantaba, Sztajnszrajber trazó una relación con los mandatos de la felicidad del “dispositivo contemporáneo”, altamente vinculados al consumo y nociones de rendimiento. “Vivimos todo el tiempo vital con la productividad como valor supremo, y eso lo tenemos muy inserto, muy inoculado, en nuestros cuerpos, en nuestros deseos, en las decisiones que tomamos a cada hora de nuestra existencia”, postuló.
En relación a esto, adelantó que Barruti retoma el mito de Dioniso y las fiestas dionisíacas, para pensar ideas otras de la felicidad. “Uno se va dando cuenta como hemos ido perdiendo no sólo la capacidad de juego sino de disfrute, por una sociedad de consumo que lo asocia cada vez menos a esas pequeñas cosas que son fascinantes, que tienen que ver con el encuentro con el otro, salir a caminar, o la nada misma”, propuso Darío.
El filósofo consideró, además, que la clave para pensar la felicidad es “correrse de las definiciones pergeñadas que se nos imponen”, incluso desde de la filosofía, si bien reivindicó que todas proponen desprendimiento de la idea del consumo como objetivo y motor de la realización vital.
“Hay una tradición que define la felicidad como realización, que es la que a mí más me copa, que tiene ver con esa búsqueda vocacional tan fascinante de la vida humana de tratar de entender para qué vine a este mundo. Pero hay otra definición de felicidad que la asocia al hedonismo: o sea, felicidad es placer, y cuanto más placer acaparás, más feliz sos. Y hay otra muy famosa que no tiene que ver con la disminución del dolor. Epicuro decía que ser feliz es alcanzar la imperturbabilidad del alma”, recuperó Sztajnszrajber.
Finalmente, subrayó la invitación no sólo al espectáculo, sino a las múltiples posibilidades de apertura que traen estos “tiempos de estremecimiento”. “La palabra estremecimiento, en latín, viene de temblor. El temblor es algo que uno no elige. Y estremecerse es algo que hemos perdido, porque vivimos una cultura que nos quiere eficientes, resolutivos, útiles”, concluyó el filósofo.