En una visita muy esperada por sus seguidores, Antonio Orozco visita Rosario en el marco de su gira por Argentina. El cantautor español se presenta hoy, a las 20, en el teatro El Círculo y anuncia un concierto especial con todos sus éxitos. “Estoy tratando de mimetizarme con el ambiente, ese es mi plan”, afirma efusivo y cálido desde las oficinas de Universal, sello que edita sus discos, en el inicio de la charla con La Capital. Está dispuesto a encarar una gira importante y a compartir recuerdos de sus inicios con la música y de su amor por la Argentina. Este espectáculo tiene 20% de descuento en los tickets con la tarjeta de BLC del diario La Capital y ya tuvo sorteo de entradas para sus asociados.
—¿Yendo a tus orígenes, cómo influyeron tu tío José y tu papá para que te dedicaras a la música?
—Siendo realista, mi padre disfrutaba mucho de las peñas flamencas y de verme tocar, pero nunca le hizo mucha gracia que yo le dedicara tanto tiempo a la música y no tanto a mis estudios diarios. Es como que los músicos vivimos con el estigma de “eso es muy difícil, no te va a salir bien”, supongo que es lo que un padre tiene que hacer, pero tengo que decir que, a escondidas y cuando nadie lo veía, era el que más disfrutaba cuando yo tocaba la guitarra y cantaba mi música. Mi tío Pepe, que es padrino también, el mejor cantaor de todos los tiempos, nunca se dedicó profesionalmente a la música, pero fue mi inspiración desde el primer día y siempre estuvo cuando yo tropezaba y me caía y sigue estando todavía hoy.
Antonio Orozco - Entre Sobras Y Sobras Me Faltas
—Acá en Argentina muchos cantautores empiezan cantando en los bares, sin mucha paga y sin mucho reconocimiento, como arrancaste vos. ¿En qué medida te parece que empezar de esa manera ayuda a hacerse duro y humilde en el futuro cuando llega el éxito?
—Bueno, yo no conozco otra manera, yo he empezado así y es así en todos los países a donde voy, empiezan en los bares. No sé cómo se reubican luego si no empiezan por ahí. Yo lo he hecho en Buenos Aires, Rosario, Santa Fe...Los bares te hacen mucha ilusión al principio, pero después tienes ganas de dejarlos y llegar a otro tipo de escenario. A Sabina le preguntaron “y usted en Argentina qué?” y contestó “Bueno, en Argentina me faltaron los bares” y él ya había llegado a estar bien arriba.
—Naciste en el seno de una familia de clase trabajadora y te pasaron muchas cosas a nivel familiar (fallecieron su productor y mejor amigo y la madre de su hijo). ¿Cómo te marcaron esas situaciones y cómo pudiste salir adelante y fortalecerte después de todo lo que te pasó?
—Se aprenden muchas cosas. El sistema está diseñado para que la gente que está en un nicho de trabajo se quede ahí siempre, está todo diseñado para que así funcione. Es muy difícil salir de un barrio humilde y tener oportunidades, pero creo que hay que salir adelante sin “saltarle” al sistema, no promuevo esas ideas, pero sí pasarle un poco de lado y hacer las cosas a tu manera. Me siento muy afortunado, muchos de mis amigos consideran que he tenido mucha suerte y yo les digo siempre “qué casualidad que cuando más suerte tengo, tengo más trabajo, pero en realidad es al revés: cuanto más trabajo, más suerte tengo últimamente” (risas).
—¿Y qué hay puesto en tus canciones de todo lo que te tocó vivir en lo personal?
—Todo. Hace mucho tiempo descubrí que sólo hay una forma de escribir canciones. Somos mil millones de personas escribiendo canciones, pero algunas están llamadas a formar parte del universo sonoro de muchas personas. Llegar hasta ahí es muy complejo y me di cuenta que la única forma de alcanzar ese lugar era contando las verdades que más duelen, las que más cuestan, las cosas que no le contarías a nadie. Todo eso cuando se convierte en verdad y le pones música son mensajes que te fríen la cabeza, literalmente.
—¿Cómo se enriquece un artista conectando con un colega en los duetos y colaboraciones?
—Para ser exactos, participé en sesenta y cuatro. Se sacude el ego, hay que aprender a sacudirlo cuando uno trabaja con otro artista, hay que quitarse los sayos y decir “vengo a aprender de ti todo lo que me quieras enseñar”. Y yo he aprendido mucho de todos los compañeros con los que he cantado. Muchos de ellos me han ayudado mucho en sus países, en mi forma de hacer el trabajo en cada sitio que visito.
—Trabajaste mucho como coach en el reality “La voz” de España. ¿Qué vas detectando ahí en las nuevas generaciones, qué ideas hay ahí?
—Hay resiliencia y me da la sensación de que son poco conformistas. Hay talento, cultura, elegancia. Ahora tienen mucha más información, visual, gráfica, saben con quién compararse, están mucho más hechos los artistas. Sin ninguna duda, hoy tienen más herramientas. Son tan jóvenes que no te los puedes imaginar en un bar a las cinco de la mañana con una guitarra intentando convencer.
—Esta va a ser una gira importante por Argentina para vos. ¿Qué pudiste descubrir en tus viajes anteriores y qué tuviste en cuenta para armar esta serie de conciertos?
—Desde el primer día que aterricé en la Argentina y me dijeron que iba a hacer esto (la gira), siento que he dado un pasito, pequeño, pero un pasito adelante, así que no pienso parar. Yo he querido mucho a este país, llevo veinte años mirándolo e intentando que me mire, nunca he tenido la suerte hasta hoy de que Argentina me empiece a mirar un poco a la cara. Voy a intentar que me quiera tanto como yo la quiero a ella, y tener mi oportunidad y encontrar mi camino. Lo voy a intentar con todo mi corazón y espero que se dé.