“Tenía una banda de barrio, en La Boca. Ensayábamos todo el tiempo para tocar una sola vez al año. En un momento me pidieron hacer un demo para una agencia, que no pasó nada, pero quedé conectado con una persona que se llamaba Fabián Ross. Pasados los años, me llamó por teléfono para ver si quería integrar una banda de la cual yo era fanático, que aparecía en un programa de televisión que se llama llamaba Escala Musical: era Los Gatos Salvajes”, recuerda el bajista, quien por esa época tocaba la guitarra, pero no dudó en aceptar la invitación. Lo bien que hizo, porque el destino auguraba algo que marcaría su destino para siempre: “Al poco tiempo, la banda se disolvió, pero se creó una nueva banda, que fueron Los Gatos”.
Menudo comienzo en la plana mayor de la música Argentina, siendo el bajista de la banda que llevó el rock al campo popular, la que derribó las barreras entre las personas que escuchaban el estilo y las que no formaban parte. A Los Gatos los escuchaba todo el mundo. Por esos días, sus futuros compañeros de banda tocaban en Banana, una banda de pop/beat/rock, que por entonces lideraba César –todavía sin el Banana- Pueyrredón.
Los orígenes de GIT
“Tenía referencias de ellos de esa época, pero no los conocía. Un tiempo más adelante, yo estaba en los finales de Los Desconocidos de Siempre. Digo los finales porque era el momento en que Nito Mestre iba a encarar una carrera más solista. Me llaman por teléfono de la revista Pelo y me preguntan cuál era la banda que más me gustaba. Dije que la banda de Raúl Porchetto me encantaba como sonaba en vivo. Y fue increíble, porque a la semana me llama Willy Iturri, a través de Raúl, y me pregunta si tenía ganas de formar parte de la banda. Ahí los conocí a él y a Pablo”, detalla Toth.
Cuando se comienza a gestar GIT, Alfredo Toth ya rondaba los 30 años. Tenían canciones y sonaban bien, pero a la vez formaban parte de la banda de Charly García en un momento hermoso y clave de su carrera, cuando tenía que salir a tocar en vivo “Clic Modernos”.
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Formar parte de esa banda, retrasó un poco los planes del proyecto del conjunto propio. “Eso es cierto”, confirma Alfredo. “Es más, nosotros estuvimos grabando, preparando los temas de nuestro primer disco antes de meternos en la banda de Charly. Ya teníamos listos los demos. Pero bueno, surgió eso, nos convocó para hacer la gira de ‘Clics’”. Y en un rapto de flashback repentino, las ideas del bajista navegan entre el pasado y el presente, como si fueran mundos complementarios: “Justamente ayer estaba pensando en eso, porque vamos a tocar un par de temas de Charly en nuestro show, porque ‘Demoliendo hoteles’ salió de esa gira. A veces me cruzo alguna canción que escucho por ahí y voy para atrás, pero si no, generalmente miro para adelante y me olvido de las cosas que hice. El otro día me estaban diciendo que toqué en PorSuiGieco, y le digo, ‘no boludo, yo no toqué’”.
- Pero sí, Alfredo. Tocaste en el tema “Antes de la gira”
- Me estás jodiendo, ¿vos lo sabés eso?
- Bueno, no estuve ahí. Pero la ficha técnica dice que sí, que tocaste.
- Entonces sí, boludo, es cierto (risas). Bueno, me diste una buena noticia. Es increíble, son muchas cosas.
La grabación del primer disco
Nos acomodamos otra vez en la entrevista. Estábamos en que las giras con Charly frenaron el inicio de GIT. “Esa banda sonaba una cosa tremenda, era una aplanadora realmente. Estábamos re enganchados todos, Charly también, en un momento brillante. Entonces, eso fue uno de los motivos por los cuales nosotros atrasamos bastante la salida del disco. Pero en un momento, Charly nos hizo la gamba con la grabación, que fue en Ibiza. Fuimos allá por Daniel Grinbank, a un estudio donde había grabado Judas Priest. Estuvimos un mes ahí. La banda de Charly tocaba en Barcelona, así que tocamos y fuimos a Ibiza. La grabación del disco fue súper rápida, puse las voces de todo el disco en un solo día”, dice Toth.
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Esas canciones fueron una bomba, sonaron en todos lados. Al poco tiempo, tenían material para un segundo disco, que lo produjo Gustavo Santaolalla, antes de ser el productor que fabricó éxitos en todo el continente. Pero venía con un buen antecedente reciente, como fue “De Ushuaia a la quiaca” de León Gieco.
Sin embargo, lo nuevo de GIT no fue bien recibido por la crítica. En particular, no caía simpático el sonido de la bata de Iturri, que de todos modos quedó como una marca registrada. No solo eso, sino que sostenido por los temas “Siempre fuiste mi amor” y “Aire de todos”, el material conocido como el “disco negro” o “el disco de los relojes”, fue un éxito de venta con una proyección hasta el momento inaudita para el resto del continente.
Sólo Soda Stereo se estaba abriendo camino, pero en algunos países, GIT era incluso más exitoso que la banda liderada por Cerati. “Gustavo Santaolalla es un tipo muy talentoso y en esa época lo que nos pasó, es que fue muy experimental todo”, recuerda Alfredo.
“Ese disco, si me preguntás si me gusta el audio, no, no me gusta. No me gustan las mezclas tampoco. Me acuerdo que en un momento iba en un taxi, se para un auto al lado nuestro, y nos estaba escuchando. Lo único que se escuchaba era el tambor, era una cosa tremenda, pero lo identificabas al toque. Pero bueno, creo que fue el disco más vendido de nuestra carrera. A pesar de las contras, porque cuando nosotros hacíamos escuchar el disco nos decían: ‘¿qué hicieron? Van a tener que hacer un disco nuevo’. Pero fue una cosa increíble, fue un éxito”.
Embed - Git - Es Por Amor (Audio)
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Entiendo que fue la primera banda argentina en ser editada en Estados Unidos. Además, ¿es cierto que empezaron a llenar lugares en Latinoamérica antes que Soda Stereo?
Eso es cierto. En México nos fue muy bien y fuimos hace 14 mil años. Una de las primeras salidas que hicimos fue a Perú. De lo que ganamos en esa presentación, dijimos: “¿por qué no nos bancamos una presentación nosotros?” Ponemos la guita y lo hacemos en Chile. La primera vez, nos presentamos. La segunda, ya estábamos tocando en un estadio. En el Festival de la Canción que se hizo en Chile (Viña del Mar), a nosotros nos entregaron dos antorchas y a Soda le entregaron una. Pero nosotros manejamos muy mal nuestra carrera en cuanto a publicidad y todo ese tipo de cosas. Soda lo manejaba perfectamente bien. Me acuerdo que volvimos de Chile y había una multitud en Ezeiza esperando a Soda. Y nosotros llegamos y un poco más teníamos que levantar las manos para tomar un colectivo (risas). Pero claro que no tiene nada que ver con Soda mi comentario, Soda era una banda tremenda, Gustavo tremendo compositor y músico, instrumentista, todo. Pero nosotros teníamos un representante y manager más dormilón.
El marketing de las vueltas se revivió mucho. ¿Qué pasa si ustedes salen de gira ahora por Latinoamérica? ¿También tienen un montón de público?
De hecho, en pocos meses, vamos a tocar a Perú otra vez. La gente sigue escuchando, es el poder de la música. Recuerdan esas canciones, son difundidas todo el tiempo. O sea, estamos presentes. Hace un tiempo hicimos una gira donde yo decía que vayamos porque tocar siempre nos pone bien, nos alegra. ¿Pero quién nos va a escuchar? Nos sorprendimos mucho. Había un 50% de adolescentes de 16, 17 años, que venían con la discografía para que firmemos.
¿GYT queda en esta gira, o se viene algo más?
En este momento también estamos con ganas de grabar un disco con un par de canciones nuevas, porque tenemos mucho material. Mientras podamos, vamos a seguir eligiendo esto.
Teniendo en cuenta que tocaron en otro montón de bandas, ¿el show incluye canciones de otros proyectos que formaron parte?
Vamos a tocar algunas canciones de “Piano Bar”. No sé si llegamos bien a hacer de otros proyectos, teníamos ganas de hacer algo de Los Gatos y otras cosas en las que hayamos tenido que ver, pero no quiere decir que no lo hagamos más adelante.