En el corazón de Salta, a 197 kilómetros al sureste de la capital provincial, se esconde una joya natural poco conocida: el Parque Nacional El Rey. Lejos del turismo masivo, este rincón del norte argentino combina naturaleza virgen, historia colonial y biodiversidad en estado puro. Su nombre, curioso y llamativo, no es casual. Está ligado a una antigua finca y a una historia que conecta con la monarquía española.
Antes de convertirse en parque nacional, este territorio era parte de una prestigiosa estancia ganadera conocida como “El Rey”. Fue propiedad del coronel salteño Juan Adrián Cornejo, quien recibió las tierras como reconocimiento de la Corona española. En esa finca se criaban caballos y ganado de alta calidad. Años más tarde, esa zona daría lugar al parque nacional, y aún hoy, entre su vegetación, pueden hallarse rastros de su pasado productivo.
Creado en 1948, el Parque Nacional El Rey protege más de 44.000 hectáreas de selvas, bosques y pastizales, en una de las transiciones ecológicas más ricas de Argentina: el encuentro entre las Yungas y el Chaco Serrano. Este corredor biológico es vital para especies que migran entre ambientes húmedos y secos, como tapires, corzuelas, pecaríes, pumas y más de 250 especies de aves.
Pero no todo es naturaleza: la zona guarda también un valioso patrimonio cultural. Caminos coloniales, ruinas de estancias y relatos de frontera forman parte del paisaje. Uno de los elementos más representativos es el cedro salteño, árbol emblema cuya presencia fue clave en la creación del parque.
El Rey ofrece una experiencia distinta. A diferencia de otros parques más conocidos como el Nahuel Huapi o Los Glaciares, acá no hay multitudes ni postales repetidas. Sus caminos poco transitados y su clima subtropical invitan a vivir la naturaleza de forma directa, sin intermediarios. Es un destino perfecto para quienes buscan aventura, tranquilidad y autenticidad.
¿Qué se puede hacer en el Parque Nacional El Rey?
Durante la temporada seca, de abril a noviembre, se puede recorrer en vehículo propio y acampar en áreas habilitadas. Las principales actividades son:
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Trekking y senderismo
Avistaje de fauna y aves
Ciclismo de montaña
Cabalgatas
Escalada
Fotografía de naturaleza
El parque cuenta con varios senderos de diferente dificultad, ideales para observar la fauna en su hábitat natural, escuchar el canto de las aves o disfrutar del silencio del monte.
¿Cómo llegar?
Desde la ciudad de Salta, se accede por la Ruta Nacional 34 hasta la localidad de Lumbreras. Desde allí, se toma un camino de ripio de unos 60 kilómetros que atraviesa paisajes rurales, montes y quebradas hasta llegar al portal del parque. La mejor época para visitarlo es entre abril y octubre, cuando las lluvias son escasas y los caminos están en buenas condiciones.
El Parque Nacional El Rey es un destino diferente, donde la naturaleza y la historia se dan la mano. Su nombre remite a la realeza, pero su valor está en lo salvaje, lo simple y lo auténtico. Un paraíso escondido en Salta, ideal para los que buscan descubrir lugares fuera del mapa tradicional del turismo.