La mejora de oferta adelantada por La Capital acerca a Vicentin a un eventual acuerdo con sus acreedores, pero aún hay mucho camino por recorrer. Es que si bien el juez Fabián Lorenzini destaca algunos avances, también observa que persisten algunos puntos oscuros en la estrategia de la agroexportadora. A esto hay que sumarle un aspecto que hasta aquí tuvo poca difusión: el premio que se llevarán los responsables de llevar a Vicentin a su crisis.
Como en el popular meme de Spiderman, accionistas, directores y encumbrados ejecutivos podrían cobrar de parte de la compañía hasta 18,5 millones de dólares, según los términos de la actual propuesta de pago. Por un lado, hay 13 millones previstos en concepto de indemnizaciones, orientadas a unas 50 personas del sector de alta gerencia. Por otro, existen 5,5 millones que corresponden a la deuda verificada en el concurso, que 73 socios estarán autorizados a cobrar en caso de convalidarse el acuerdo preventivo.
No solo el juez, sino también varios actores que participan del expediente -incluso algunos que militan el acuerdo en las actuales condiciones- expresan que "los Vicentin" deberían renunciar al beneficio, por una cuestión moral. Un eventual anuncio de esa naturaleza tendría más un carácter simbólico que económico (dada la envergadura del concurso), por lo que podría ser una carta que se guarden bajo la manga para descomprimir conflictos de última hora.
En el despacho de Lorenzini descartan que se haga un pedido explícito en tal sentido, pero admiten que les gustaría un gesto de los accionistas. Respecto a las indemnizaciones, sería imposible pensar en que se les pida a un grupo de trabajadores declinar indemnizaciones.
El medio centenar de ejecutivos que recibirían 13 millones de dólares "no son accionistas, pero sí familia", aclaró una fuente consultada sobre el particular. Es por eso que no se trata de simples trabajadores, sino de personas directamente involucradas con el día a día de una empresa que si bien anunció su estrés financiero a fines de 2019, venía con problemas desde mucho antes.
Llegado a este punto surge un punto debatido hasta el hartazgo: ¿por qué entró en crisis Vicentin? A esta altura de los acontecimientos, resultado imposible sostener que la misma se produjo exclusivamente por causas externas, como plantearon siempre desde la agroexportadora (y ratificaron los síndicos, quien esta semana pidieron ser removidos por algunos acreedores granarios). Las pericias demostraron que hubo una estrategia contable por ocultar información, al menos desde 2017.
Las responsabilidades penales por esos hechos se dirimen en un expediente independiente del concurso, pero resulta ineludible considerar esta cuestión para analizar el caso Vicentin. En la audiencia en la que logró la imputación por estafa de prácticamente todo el directorio en sus tiempos pre concursales, el fiscal Miguel Moreno aseveró que el anuncio de estrés financiero fue "el desenlace de un deterioro que se venía gestando desde principios del año anterior".
Nueve de los quince imputados son actualmente accionistas con deudas verificadas en el concurso por casi 700.000 dólares. No son los únicos: hay otros 63 socios en condiciones de cobrar otros 4,8 millones de dólares. "Entiendo que ellos moralmente deberían abstenerse de cobrar, pero eso no se como va a ser", admitió una fuente a la que sin embargo le interesa que el concurso se cierre en las actuales condiciones.
Al momento de solicitar su convocatoria, la agroexportadora tenía 102 accionistas. De ellos, 98 eran también acreedores, 73 de los cuales se presentaron a verificar su deuda, es decir, mostraron voluntad de querer cobrarla. La Sindicatura les admitió créditos por $340.537.824,04, es decir, unos 5,5 millones de dólares según la cotización de febrero de 2020. El detalle puede observarse en la siguiente tabla:
Preocupaciones en Reconquista
Amén de la discusión por los 18,5 millones de dólares, hay otros aspectos que deben encauzarse para resolver el caso Vicentin en las actuales condiciones. En todos los casos se trata de temas que preocupan al juez Lorenzini, quien ya los planteó en varios de sus fallos pero aún no termina de convencerse.
Por un lado, la situación respecto al "Nodo Norte" -las fábricas ubicadas en Avellaneda no termina de ser clara. Si bien Vicentin dice haber llegado a un acuerdo con sus inversores para que las mantengan en funcionamiento -y con ello, garantiza la continuidad de 200 empleos-, aún no hubo expresión alguna del gremio.
Relacionado con este primer punto se encuentra otro tema conflictivo, esto es, lo que respecta al Banco Nación. El magistrado tiene pasado en el organismo y sabe perfectamente el daño que generó a sus arcas el caso Vicentin, por eso sigue el tema con detenimiento. Es quizá el aspecto más problemático, porque aquí la política mete la cola y cualquier acuerdo puede estar sujeto a múltiples causalidades.
Por último, Lorenzini sigue de cerca lo que denunció recientemente el estudio rosarino Robiolo, respecto a que la actual oferta de pago podría significar una violación a la pars conditio creditorum, es decir, el principio de igualdad de los acreedores. Quienes siguen de cerca el expediente no necesitan mayores explicaciones: la propuesta generaría notorias diferencias respecto al porcentaje de cobro que obtendrían los diferentes acreedores, lo que rompería con uno de los preceptos de la ley de concursos y quiebras.
Las tres cuestiones, a final de cuentas, están sujetas a interpretaciones que podrán ser defendidas según la biblioteca a la que se eche mano. Marzo será un mes de definiciones, en las que podrán comenzar a dilucidar estos y otros temas.