La acusación en el marco del homicidio de un pibe de 20 años sirve de radiografía de uno de los tantos territorios en los barrios periféricos puestos bajo fuego. Luis Fernando L. fue acusado por el asesinato por encargo de Lorena Itatí Vega, de 42. El crimen se perpetró el pasado 12 de noviembre en Juan B. Justo al 8600, en barrio Stella Maris. El blanco del ataque era Álvaro, el hijo de la mujer.
“La orden era disparar a cualquiera que estuviera en la vivienda”, según explicó la fiscal Gisella Paolicellí. A Fernando L. le ofrecieron por el crimen 200 mil pesos pero le pagaron 90 mil. A matar fue acompañado por un pibe de 14 años que, según se investiga, dos días más tarde hizo tareas de campana en otro homicidio: el del policía Leoncio Bermúdez la noche del 14 de noviembre a la salida de la guardia del hospital Provincial.
Fernando L. fue detenido el viernes en Dorrego al 3500, en inmediaciones de la plaza Saavedra, en el marco de 25 allanamientos en la investigación por el asesinato del policía Bermúdez.
La fiscal Paolicelli lo acusó por los delitos de homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad y portación ilegítima de arma de fuego de guerra. La jueza Silvia Castelli dictó para el acusado prisión preventiva por el plazo de ley, es decir al menos dos años. “El acusado es parte de un grupo de chicos o menores que cumplen con «trabajos» que se les encomiendan personas que están privadas de la libertad. Esos trabajos son tareas de sicariato”, explicó Paolicelli al finalizar la audiencia acusatoria.
Tres crímenes en seis días
Vega no fue la primera víctima de ese mes en el barrio en un radio de un puñado de cuadras. El martes 7 de noviembre Sofía Noelia Archilasqui, de 29 años, fue atacada a balazos en la puerta de su casa de Maradona 800 bis mientras estaba con su hijo de 10 años, quien resultó herido. Un impacto en el abdomen la mató.
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Luego del asesinato de Vega le siguió el de Marcelo Alejandro Padial, un vecino de 58 años a quien acribillaron la noche del 13 de noviembre cuando estaba dentro de su camioneta Ford Ranger sobre Juan B. Justo al 8100, a una cuadra de su casa. Entre los vecinos surgieron dos bandas como posibles ejecutoras de esos crímenes: la de Los Menores, con epicentro en el barrio 7 de Septiembre, y la del peruano Julio Rodríguez Granthon.
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Lorena Itatí Vega. La ejecutaron en su casa el domingo 12 de noviembre.
Lorena Vega vivía con sus hijos en Juan B. Justo al 8600. Según la acusación el domingo 12 de noviembre alrededor de las 18.30 Fernando L. acompañado por un pibe que fue identificado como B.V., de 14 años, llegaron en moto hasta la casa de Vega. La llamaron y cuando la mujer se asomó por la ventana le preguntaron por su hijo Álvaro. Y casi de inmediato ante la respuesta negativa de la mujer la ejecutaron con entre nueve y once disparos.
“Ella estaba con la nena de cuatro años y el pibe de 16. Llegaron dos tipos en moto, una Twister blanca, llamaron a la puerta y preguntaron por ella, que estaba durmiendo. Cuando abrió la ventana y dispararon nueve tiros. Uno creo que le dio en la columna”, explicó el cuñado de la víctima. La mujer fue llevada al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde murió.
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Paolicelli indicó que el crimen fue encargado “por una persona que se encuentra detenida en la Unidad 11 de Piñero” de la que no dio mayores precisiones. El asesinato debió llevarse a cabo un día ante, el 11 de noviembre, pero cuando Fernando F. y dos pibes de 14 y 15 —identificados como B.V. y T.G.— “no pudieron cometer el hecho porque a una (que fueron a buscar a un aguantadero) de las armas le faltaba el cargador”.
Datos precisos
Al acusado le habían suministrado por Whatsapp imágenes de la víctima (a quien identificaban con nombre y apellido) y también imágenes de GoogleMaps del lugar a donde se tenían que dirigir y de la puerta de la casa de la víctima. Por el “trabajo” le ofrecieron “100 mil pesos en el caso de que la persona no resultara muerta” y “200 mil en el caso de que si resultara muerta”. Finalmente la remuneración por el crimen fue de 90 mil pesos.
Como colateral de la acusación por el crimen de Fernando L. quedó en investigación la participación de B.V., el pibe de 14 años que lo acompañó en el crimen de Vega y que sería uno de los dos adolescentes que quedaron filmados por cámaras de videovigilancia en la zona del hospital Provincial en circunstancias del asesinato del policía Bermúdez.
Este lunes dos pibes, uno de ellos B.V., se presentaron ante la Justicia de Menores en turno y prestaron declaración informativa ante el juez Estanislao Surraco. Ambos son inimputables por su edad. La fiscal que investiga el crimen del policía también es Paolicelli, quien manifestó tener evidencia que los pibes participaron como “campanas” de los tirartiros que ingresaron a la guardia del Provincial para intentar rescatar a Gabriel Guillermo Lencina, condenado por homicidio y sindicado por ser parte de la banda de Los Romero, cuya referencia es “Lichy”, y que tiene su epicentro en el barrio Municipal de Nuevo Alberdi.